Las encuestas electorales no son un servicio público, sino que forman parte de las estrategias electorales de los partidos
“Con una o dos encuestas más, nos podríamos ahorrar las elecciones”, así, entre comillas y en cursiva; literal. Uno de los directivos del CEMOP (organismo que realiza los barómetros electorales para la Región de Murcia) dijo a las claras los que muchos sabemos: las encuestas electorales no son un servicio público transparente y con pretensión científica, sino que forman parte de las estrategias electorales de los partidos.
Bordieu ponía en duda la utilidad de las encuestas, porque planteaba que su objeto de estudio (la opinión pública) quizás es algo que no existe. Yo sí creo que existen las tendencias de opinión y de voto y que se pueden medir; ese no es el problema. Sin embargo, los partidos y sus terminales mediáticas no pretenden medir, sino crear, estados de opinión favorables a sus intereses.
Siguiendo con el ejemplo de Murcia: se dice que el PP arrasa, que el PSOE queda en tierra de nadie y que Ciudadanos desaparece por poco. Nunca sabremos si esto es cierto, lo que sí sabemos es que son los deseos del que paga la encuesta y parece que también del que la realiza. Esto plantea dudas más que razonables sobre la legitimidad y confiabilidad del estudio.
Otro ejemplo lo encontramos en la acertada de reflexión de Kiko Llaneras (gran periodista de datos), que señala que se pueden identificar claramente tres bloques de encuestas: las encargadas y publicadas por medios afines a la derecha (en todas gana el PP); las encargadas y publicadas por medios afines a la izquierda (en todas PSOE y Podemos estarían en condiciones de repetir gobierno) y luego, el CIS, que se pasa de frenada en su adulación a Sánchez.
Un último ejemplo lo encontramos con Ciudadanos. Las últimas encuestas nacionales le dan alrededor del 2,5% de voto y un escaño, con la boca pequeña. Pues bien, si en lugar del 2,5% fuera el 3%, se asegurarían 3 escaños y el relato sobre la desaparición del partido naranja debería comenzar a cambiar. Pero claro, esto no interesa, sobre todo al PP.
En Austria ya existe el precedente de dimisiones a alto nivel por hacer esto que parece tan normal en España. Los cargos imputados fueron “encargo de encuestas teledirigidas a una empresa demoscópica privada” por parte del gobierno. Aquí pueden leer la noticia en OkDiario, como curiosa carambola de quien ve la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio.
Quedan apenas 100 días para las elecciones municipales y la batalla se va a recrudecer. En el caso de Ciudadanos, veo decenas de encuestas que dejan al partido al borde de obtener representación y ser decisivos en decenas de ayuntamientos. Además, con un promedio del 25% de indecisos. Por lo tanto, hay que pisar el acelerador y, con las piedras demoscópicas que nos tiran, construir nuestro castillo de resistencia. El único voto útil es aquel que se emite en conciencia, con el corazón, la cartera y la cabeza: que no ganen los que manipulan.