En época de tribulación, es bueno compartir lo que se piensa
Si hubiera tenido que apostar, lo habría hecho con gusto por sacar unos 400 concejales y mantener representación en varias capitales de provincia y algunos parlamentos autonómicos, con alrededor de medio millón de votos. Sin embargo, la realidad ha sido de casi 600 concejales, pero se ha perdido todo el peso en las capitales y parlamentos autonómicos, con apenas 300.000 votos. Comparto a continuación algunas reflexiones muy personales sobre el antes, el durante y el después del 28M, por si ayudan a aclarar el panorama.
Antes de la convocatoria de elecciones tuvimos la Refundación. Creo que se trabajó razonablemente bien y, a grandes rasgos, me pareció un proceso interesante. A toro pasado, quizás podríamos decir que nos centramos mucho en nosotros mismos, pero también es cierto que necesitábamos mirar hacia dentro antes de dar pasos hacia afuera. También creo que el cierre mediático se vio seriamente afectado por un proceso de primarias más hostil que lo que se podía prever. Al final, siendo honestos, en la Refundación y las primarias no logramos reconectar con los votantes y quizás se trataba más de eso que de nuestras luchas y debates internos.
En el durante, una vez convocadas las elecciones, creo que se trabajó bien. Se presentaron buenos cabezas de cartel y un buen número de listas, en un entorno mediático y político muy hostil. Se mejoró la comunicación, se vendió la buena gestión realizada en los municipios, volvieron las propuestas interesantes, en líneas generales todos arrimaron el hombro y parecía que todo estaba, más o menos, encarrilado. Crecíamos pasito a pasito en las encuestas a nivel nacional y no nos iba mal en las autonómicas y locales (sobre todo, en los tracking que no se publicaban).
Por poner ejemplos muy distantes, podríamos citar capitales como Lugo, Lleida, Málaga, Sevilla o Almería. En estas cuatro ciudades contábamos con buen programa, buenos candidatos y candidatas, se hizo buena campaña, nos fue bien en los debates, tuvimos presencia mediática… Quedarnos tan lejos de entrar en estos lugares lo he sentido como una puñalada en el corazón, pero también en la cabeza. La verdad, no lo entiendo.
Y todavía estamos en el después. Creo que el 99,9% de la militancia no nos esperábamos no comparecer el próximo 23J. En estos días los argumentos fluyen a favor o en contra de esta decisión e incluso hay gente que va cambiando de postura. Yo no lo tengo muy claro, pero estoy seguro que, entre el negro de salir a por la Presidencia del Gobierno y el blanco de no presentarnos, hay una amplia gama de grises, que explicaré en mi próxima columna.