Las conversaciones privadas entre Daniel Sancho y Edwin Arrieta, quienes ahora son víctima y confeso asesino respectivamente, han arrojado luz sobre una serie de amenazas de muerte. El testimonio de Sancho, que alega haber perdido la paciencia debido a la insistencia de Arrieta en mantener relaciones sexuales, arroja luz sobre los eventos que culminaron en un desenlace fatal.
Los esfuerzos de investigación siguen avanzando en el caso del asesinato de Daniel Sancho en Koh Pangán. A pesar de los plazos legales que típicamente otorgan tres meses para completar la investigación y enviarla a la Fiscalía, la policía espera concluir en tan solo tres semanas y presentar las conclusiones ante el tribunal. Si bien estos plazos parecen inusuales en la judicatura tailandesa, desde la comisaría de la isla aseguran que no se ven influenciados por la atención mediática ni la alarma social. “Estamos tratando con un asesinato, no es algo que ocurra a diario”, declaró una fuente policial bajo anonimato.
La duración del juicio sigue siendo un aspecto en discusión. Fernando Oca, director del despacho de abogados contratado por la familia de Sancho, explicó que existen dos posibles escenarios. En el caso de una declaración de culpabilidad, la duración del juicio podría extenderse hasta tres meses, mientras que si el acusado se declara inocente, el proceso podría alargarse hasta seis meses o más. Oca no descarta la posibilidad de que Sancho se retracte de su confesión durante la fase oral del juicio, lo que podría añadir una nueva capa de complejidad al caso.
Los agentes de la policía están convencidos de que el asesinato fue premeditado al 100%. Confían en que el tribunal comparta esta perspectiva, respaldada por la doble confesión de culpabilidad y una gran cantidad de evidencias. Entre las pruebas recopiladas se encuentran grabaciones de cámaras de seguridad, un recibo de compra que incluye guantes y material de limpieza adquiridos en la víspera del asesinato, así como un cuchillo de dimensiones considerables.
La policía continúa examinando las grabaciones de las cámaras de seguridad y aguarda los resultados de los análisis de ADN realizados en Bangkok. Las pruebas incluyen muestras de sangre encontradas en la habitación del hotel y en la camiseta de la víctima. La familia de Sancho también ha llegado a Tailandia para someterse a análisis que permitan comparar su ADN con el del cirujano colombiano asesinado. Se espera que estos análisis proporcionen una mayor claridad sobre los eventos que llevaron a la tragedia. A pesar del progreso en la investigación, aún quedan preguntas sin respuesta, como la desaparición del teléfono, pasaporte y otros efectos personales de la víctima, así como la falta de información sobre la mitad de las partes del cuerpo de Sancho que fueron seccionadas.
La reconstrucción del asesinato avanza en paralelo tanto por parte de la policía como de los medios. Un elemento clave en la investigación es el alquiler de un kayak durante la noche, durante el cual Sancho habría arrojado restos del cadáver al mar. La propietaria de una tienda de comestibles proporcionó detalles de este incidente, enfatizando la interacción y la decisión de Sancho de alquilar el kayak deteriorado. La escena en la playa, donde el kayak yace rodeado de cinta policial, sirve como un recordatorio sombrío de los eventos que llevaron a la tragedia. A unos 300 metros de distancia se encuentra el hotel donde tuvo lugar el asesinato.
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