El Ministerio taiwanés de Defensa ha denunciado la presencia de 71 aviones chinos en las inmediaciones de la isla, en un despliegue aéreo sin precedentes en torno a Taiwán.
Entre ellos, 47 aeroplanos del Ejército Popular de Liberación (Ejército chino), de los cuales la mayoría eran cazas de combate, atravesaron la línea media del Estrecho de Taiwán, que en la práctica es una frontera no oficial tácitamente respetada por Taipéi y Pekín en las últimas décadas, pero que ha sido cruzada constantemente en los últimos meses por fuerzas chinas durante maniobras militares.
Las expediciones, que incluyeron además la incursión de siete buques militares chinos, se produjeron entre las 06.00 hora local del domingo (22.00 GMT del sábado) y las 6.00 del lunes (22.00 GMT del domingo), marcando un récord por el número de aviones que participaron en un lapso de 24 horas.
Según Taipéi, las fuerzas aéreas isleñas vigilaron la situación con patrullas aéreas de combate y navales y con sistemas de misiles en tierra para ahuyentar a los aviones chinos de la Zona de Identificación de Defensa Aérea (ADIZ) taiwanesa, la cual no está definida por ningún tratado internacional y no equivale a su espacio aéreo.
Tsai pide unidad
La presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, ha declarado durante un acto con militares que «cuanto más unidos estén los taiwaneses, más seguros estarán», al tiempo que aseguraba que continuará trabajando para «defender la democracia, la libertad y la seguridad» de la isla.
Tsai convocó una reunión de seguridad de alto nivel para el martes por la mañana para «reforzar el sistema de defensa» de la isla, explicó hoy la oficina de la Presidencia del territorio.
La población isleña mantuvo la calma ante la incursión de los aviones chinos en la ADIZ, como viene siendo habitual en los dos últimos años, período en el que la frecuencia de las incursiones chinas ha aumentado hasta tal punto que se han convertido en un suceso casi rutinario para los taiwaneses, cuyas autoridades comenzaron a informar de dichas expediciones en 2009.
«Firme respuesta»
Por su parte, el Ministerio de Defensa chino notificó hoy de la celebración este domingo de «prácticas de bombardeo» y «patrullas de alerta» en «zonas marítimas y aéreas alrededor de la isla de Taiwán», sin especificar si se refería a los movimientos detectados por las fuerzas de Taipéi.
La cartera castrense china avisó de que sus tropas «tomarán cualquier medida necesaria para proteger la soberanía nacional y la integridad territorial» del país asiático. El portavoz del Teatro de Operaciones del Este del Ejército chino Shi Yi describió las acciones de Pekín como «una firme respuesta al aumento reciente de la confabulación entre Taiwán y Estados Unidos».
EE.UU. aprueba ayuda a Taiwán
Pekín respondía así a la aprobación el pasado viernes por parte del Congreso de Estados Unidos de la llamada Ley de Autorización de Defensa Nacional (NDAA, en inglés), que prevé un gasto de 858.000 millones de dólares en defensa, energía y seguridad nacional que incluye ayuda militar a Taiwán.
La NDAA autoriza una asistencia de defensa a la isla por valor de 10.000 millones de dólares (9.414 millones de euros), algo que «pone en serio peligro la paz y la estabilidad en el Estrecho de Taiwán», advirtió el pasado sábado el Ministerio de Defensa de China, que acusó a Washington de «vaciar de contenido el principio de ‘una sola China’».
La visita al territorio el pasado agosto por parte de la presidenta de la Cámara de Representantes de EE. UU., Nancy Pelosi, irritó profundamente al Gobierno chino, que respondió con sanciones económicas y con el anuncio de maniobras militares en las aguas que rodean Taiwán, movimientos que fueron descritos por Taipéi como «un bloqueo» y que llevaron la tensión en el Estrecho a niveles inéditos en décadas.
Pese a que los presidentes de ambas superpotencias, Xi Jinping y Joe Biden, escenificaron en noviembre, en los márgenes de la cumbre del G20 en la isla indonesia de Bali, un deshielo para evitar que las tensiones desemboquen en un enfrentamiento bélico, también reiteraron sus diferencias en torno a Taiwán.
Xi avisó a Biden de que Taiwán, cuya soberanía reclama China, es «la primera línea roja que no se debe cruzar» y aseguró que espera que EE. UU. haga «honor a su promesa» de no apoyar una eventual independencia de la isla. Por su parte, Biden comunicó a Xi que su política hacia la isla no ha variado y que sigue oponiéndose a cualquier «cambio unilateral» en el «statu quo».
Taiwán se considera un territorio soberano con Gobierno y un sistema político propios bajo el nombre de República de China desde el final de la guerra civil entre nacionalistas y comunistas en 1949, pero Pekín mantiene que es una provincia rebelde e insiste en que retorne a lo que denomina patria común.
La isla es, además, uno de los mayores motivos de conflicto entre China y Estados Unidos, debido sobre todo a que Washington es el principal suministrador de armas de Taiwán y sería su mayor aliado militar en caso de un eventual conflicto bélico con Pekín.