En la actualidad geopolítica, cuando creíamos que ya no podíamos llevarnos más sustos, recibimos la noticia de que un golpe de estado en el corazón de África, Níger, puede llevar a toda la región a una guerra. Guerra que arrastraría, como no, a todas las potencias que, a día de hoy, ya tienen un frente abierto en Ucrania (Rusia-Occidente).
Como siempre, existen dos bandos enfrentados, cada uno con su propia visión de la verdad. Analicemos de la forma más objetiva posible las perspectivas de ambos bandos, el cómo se ha llegado a esta situación, y las implicaciones geoestratégicas que pueden llegar a tener para nuestro día a día.
Si echamos la vista al pasado y ponemos un poco de contexto a la situación, veremos que en Níger existía un presidente elegido democráticamente, Mohamed Bazoum, que dirigía el país. Tenía una muy buena relación con occidente, abogaba por la educación de las mujeres y niñas, por la modernización del país y la expansión económica, así como por la lucha contra el terrorismo islámico.
Sin embargo, esta lucha contra el integrismo y ese acercamiento a occidente le situó como un “vasallo” de Europa. La actitud de Francia con sus excolonias, de mantener presencia militar para asegurar su control económico después de sus independencias (proceso conocido como el Francáfrica o el imperio neocolonial francés) y, a mayores, los supuestos casos de corrupción de los líderes de Níger, no han ayudado a apaciguar a una población que ve como les imponen una moral occidental en nombre del progreso, pero que a la vez, ven como sus recursos solo sirven para que dicho progreso llegue en exclusiva a la casta política o aristocrática del país, así como para beneficiar a las potencias extranjeras, en especial, a Francia.
Esta situación ha sido el caldo de cultivo perfecto para la intervención de una tercera potencia, en este caso, Rusia. Rusia lleva tiempo ganando influencia en toda la región, ya que a diferencia de Francia apuesta por tratos más “respetuosos” con los países africanos, países que están hartos de ese neocolonialismo francés. Evidentemente, muchos dudamos de las “amistosas” intenciones reales de Rusia, pero es un hecho que la relación que desde Níger se han visto forzados a mantener hasta ahora con Occidente, ha sido de una subyugación “de facto”.
Y… ¿por qué Francia quiere mantener esta relación de subyugación económica de Níger? Pues porque estratégicamente, Níger es completamente necesaria en la estrategia energética francesa. Francia tiene un consumo de energía muy alto (propio de un país muy desarrollado). Lo consigue porque importa cantidades masivas de Uranio, ya que es uno de los países a nivel mundial que tiene más producción de energía nuclear. Nada más y nada menos que 58 reactores (China tiene 46, Japón 42, España y Alemania 7 cada uno, y EEUU 98) lo que convierte a Francia en un auténtico coloso. Níger, por su parte, exporta de forma masiva dicho uranio (siendo el séptimo productor de uranio del mundo). Este uranio, se extrae en Níger por la compañía “Orano”, que es una multinacional francesa dedicada al negocio de la energía, especializada en la energía nuclear. Extraen en Níger unas 3000 toneladas anuales de uranio, lo que es cerca de un tercio de las necesidades de las centrales nucleares de dicho coloso francés.
Dicho de forma rápida y precisa: Níger no es importante para Francia, es imprescindible.
Pero esta relación ¿ha beneficiado a la población de Níger? Pues sinceramente, no. Pensemos que Níger lleva décadas en esta situación con Occidente donde supuestamente las relaciones comerciales iban a ayudar a desarrollar el país. Sin embargo, a fecha de 2021, y según la Organización de las Naciones Unidas, está en el top 3 de los países más subdesarrollados del mundo (ocupando el puesto 189 de un total de 191) y dichos tratos con occidente solo han servido para la creación de unas relaciones laborales de prácticamente esclavitud para la población local. Como prueba a mayores del bajo desarrollo de la población, solo hay que ver lo siguiente: si antes hablábamos de que Francia, país nº 28 en desarrollo, tiene un consumo muy alto de energía, Níger es uno de los países que menos consume, porque ni hay infraestructura, ni los ciudadanos tienen dinero para efectuar ese consumo. Los franceses textualmente no pueden tener la energía que consumen sin Níger, pero Níger es incapaz de consumir energía.
En resumen: la relación es exactamente la misma que existía cuando eran colonia y metrópoli, esto es, población indígena exportando unos recursos que ellos mismos necesitan, porque no se los pueden permitir dada la situación de pobreza extrema en la que les mantiene la metrópoli a propósito.
Si a todo esto le añadimos un gobierno que coquetea con occidente, desprecia el islamismo radical, y vive a todo tren debido a la corrupción, se nos forma el caldo de cultivo perfecto para que estalle precisamente lo que ha estallado: una rebelión. Y sí, es cierto que hay más países leales a occidente que tienen las mismas características y en la que no ha estallado rebelión ninguna, pero es que todo motín necesita de una chispa que lo encienda, y en Níger esta chispa la ha propiciado la situación del ejecutivo con el ejército. Después de varias desavenencias debido a la situación de seguridad, el gobierno tenía la intención de destituir al General de Brigada Abdourahmane Tiani. Esta decisión se filtró, y el general se adelantó. Cuando la junta militar golpista se hizo con el poder, Tiani se autoproclamó el líder de la misma, y se presupone que va a controlar el gobierno que salga de este golpe de estado.
En el momento de la redacción de este artículo, Níger ya ha declarado que va a romper varios acuerdos con occidente (sobre todo en materia de seguridad, pero no se descartan los económicos). Además, ya han pedido apoyo al grupo Wagner, un grupo de mercenarios a sueldo del Kremlin, muy conocidos por la guerra de Ucrania, pero que llevan años aumentando la influencia de Rusia en esta parte de África (de manera más reciente, en Mali). Todo esto es una declaración muy clara de intenciones, por parte del nuevo gobierno, de su intención de salir del ámbito de influencia occidental y pasarse a la influencia rusa, lo cual es un contratiempo para la política de seguridad de Europa, y un desastre para la política energética y económica francesa.
Explicado todo esto, vamos al análisis que nos interesa: ¿en que puede beneficiar/perjudicar esta situación a España?
Para empezar, dejemos las cosas claras: España pertenece al bloque occidental, y esta es una muy mala noticia para nuestros intereses geopolíticos mundiales, como bloque. Ahora bien, como dicen los brókers de la Bolsa, en una crisis se puede ganar mucho dinero si sabes en que invertir, y puede que en esta tengamos ciertas ventajas que podemos explotar. Sobre todo, porque como ya hemos adelantado el principal perjudicado es Francia, y la motivación es energética.
Y, ¿ninguno de ustedes recuerda un episodio reciente de tensiones entre Francia y España debido a la energía? ¿el nombre de “MIDCAT”, tal vez? Exacto. Hay que reconocer que nuestros países están enfrentados en la idea que tienen sobre el ámbito energético, y nuestros intereses son completamente distintos. ¿Cómo es esto? Se lo explico en un momento:
La UE está en una fase de transición energética clara. Todos los países están de acuerdo en reducir la industria contaminante (P.E. el carbón) por otras fuentes más limpias. Ahora bien, aquí se terminan las coincidencias, y Europa se divide en 2 bloques: el primero liderado por Alemania y España, que busca fortalecer todo lo posible las renovables y, cuando estas no sean suficientes, sustituirlo por el gas verde. El segundo bloque, liderado por Francia y los países del este, creen que debemos pisar el acelerador nuclear. Y si, Francia y España estamos abiertamente enfrentados, pues si vence nuestro bloque podríamos convertirnos en el gran productor/suministrador de energía a Europa; energía además cada vez más cara, por lo que implicaría algo de lo que España ha carecido desde siempre: una industria con alto valor añadido. Sin embargo, si se impusiera el segundo bloque, implicaría una ventaja francesa sobre toda Europa.
El fallo del plan galo, ha podido estar en no darle a África la importancia que merece, y se han vuelto extremadamente dependientes de las materias primas (en este caso, el uranio) de unos países subdesarrollados a los que trata con desprecio. Si esos países rompen con occidente y quedan bajo la influencia rusa (o china), se verán en un gran problema para llevar a cabo su proyecto energético europeo.
Francia, que se lo ha jugado todo a la carta nuclear, ve que no va a poder seguir suministrando energía a sus habitantes, o que lo va a tener que hacer a un precio muy superior al actual si siguen apostando por dicha energía y la situación con Níger se descontrola. Si España juega bien sus cartas, y recurrimos a buenos e influyentes aliados (véase, Alemania, Bélgica o Luxemburgo), podemos hacer que nuestra visión e intereses sobre energía para Europa tome fuerza desplazando las ideas francesas.
Por supuesto, esto implica que empecemos a tomarnos en serio la amenaza marroquí, normalizando nuestras relaciones con Argelia, y podamos hablar no solo de energía renovable (en la que España puede ser un gran superproductor para Europa) sino de convertirnos en los suministradores de gas natural y, en un futuro, hidrógeno verde. Esto siempre nos ha colocado a Francia de frente, pero esta situación con Níger puede hacerles cambiar de postura, aunque solo sea por necesidad.
Por tanto, la respuesta es sí. Si nos decidimos a pescar en río revuelto (cosa que, con la actual situación política en España, dudo bastante) podríamos ser capaces de obtener grandes beneficios, de esta situación catastrófica.
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