El Ministerio del Interior ha dado a conocer recientemente las cifras de la criminalidad en España durante el primer trimestre del año en curso. Según los datos proporcionados, se registró un incremento del 7,2 por ciento en el número de infracciones penales, alcanzando la alarmante cifra de 588.785 delitos contabilizados por las fuerzas de seguridad.
Dentro de este preocupante panorama, destaca el crecimiento del 13,5 por ciento en los homicidios consumados, que se elevaron a 84 casos frente a los 74 del mismo periodo del año pasado. Además, los secuestros también han experimentado un notorio aumento, con 34 casos investigados en comparación con los 13 del primer trimestre del año anterior, representando un impresionante incremento del 161,5 por ciento.
El análisis de los delitos cometidos en el espacio cibernético también arrojó cifras alarmantes, con un incremento del 13,8 por ciento en la cibercriminalidad, alcanzando un total de 107.879 infracciones penales. Dentro de esta categoría, las estafas informáticas destacan como el delito más recurrente, sumando 96.561 casos, lo que equivale al 89,5 por ciento de la cibercriminalidad y al 16,4 por ciento de toda la delincuencia registrada en el periodo de enero a marzo. Esto representa un aumento del 13,7 por ciento en comparación con el mismo periodo del año pasado.
El Ministerio del Interior hace especial hincapié en el alarmante incremento de las estafas informáticas en los últimos años. En 2016, se registraron 70.178 casos de este tipo de delito, mientras que en 2023 se dispararon a 336.778. Esto significa un impresionante crecimiento del 379,9 por ciento en apenas seis años, una tendencia que debe ser abordada con urgencia.
En cuanto a los delitos contra la libertad sexual, se observa un incremento del 16,9 por ciento durante el primer trimestre en comparación con el año anterior, excluyendo aquellos contabilizados de manera “online”. Entre estos, las violaciones crecieron un 3,8 por ciento. El Ministerio del Interior atribuye estas subidas, en parte, a las políticas de concienciación y reducción de la tolerancia social y personal frente a este tipo de delitos, lo que ha llevado a una mayor disposición de las víctimas a denunciar. Esta mayor conciencia está contribuyendo a reducir los niveles de infradenuncia que podrían haber existido en relación con estos tipos penales.
Por otro lado, los delitos relacionados con el tráfico de drogas también han experimentado un preocupante incremento del 8,5 por ciento, mientras que aquellos asociados con los delitos contra el patrimonio, como robos, hurtos y sustracción de vehículos, han aumentado en conjunto un 10,9 por ciento y representan el 45,5 por ciento de la criminalidad convencional.