P. Estamos escuchando el boca de algunos políticos, que si gobierna el PP, volverán a arder las calles. ¿Qué le parece este tipo de mensajes?
R. Me parece un ejercicio de irresponsabilidad enorme, sobre todo por parte del PSOE, ese tipo de amenazas, porque un gobierno del PP no provocará ningún daño y al contrario, lo que provocará será soluciones en la calle, provocará la solución de un problema, por ejemplo, como el de la ocupación delictiva, provocará la solución del problema que tienen los autónomos para pagar la cuota, con esta cuota cero que hemos comentado, y provocará otras soluciones para beneficiar mucho a los ciudadanos de Cataluña. Por lo tanto, eso es lo que provocará un gobierno del Partido Popular. Y sin embargo, hay otros interesados en generar miedo con la reactivación del separatismo. El separatismo siempre está presto para generar crispación y confrontación, pero eso yo creo, que por desgracia, es probable que cuenten con el apoyo del Partido Socialista.
P. Siguiendo en la misma línea, el PSC se vanagloria en Cataluña de dar estabilidad. ¿Le parece una estabilidad real o una estabilidad inventada bajo las cesiones que Sánchez ha dado al separatismo?
R. Lo que ha conseguido Pedro Sánchez es una ficción de estabilidad en Cataluña. Y esa ficción de estabilidad se basa en contentar a sus socios parlamentarios y en que efectivamente haya 13 personas que viven mucho mejor en Cataluña de lo que viviría con un gobierno que PP, que son los representantes de los partidos nacionalistas. Sin embargo, el conjunto de los ciudadanos de Cataluña no han visto mejorar su calidad de vida durante el sanchismo, más bien al contrario. Las empresas se siguen yendo de Cataluña porque se sigue alimentando el discurso de inestabilidad política y la inseguridad jurídica. Cuando tú das pábulo a los nacionalistas, lo que haces precisamente es alimentar a los problemas, alimentar esa inestabilidad y esa inseguridad jurídica y, por tanto, está claro que el Gobierno de Sánchez no ha mejorado en nada la vida de los catalanes, sino a sus socios parlamentarios y el de los 13 condenados por delitos tan graves como el de rebelión.
P. Hace unos días, el departamento de Educación de la Generalitat anunció que impulsará un decreto para proteger al catalán y blindar jurídicamente a las escuela. ¿Qué opinión le merece este decreto?
R. Pues que es un decreto manifiestamente inconstitucional, porque la Constitución española dice claramente que el español tiene que ser también lengua vehicular en las escuelas catalanas junto con el catalán, y que, desde luego, con un gobierno del Partido Popular. Eso será así con un Gobierno del PP. No toleraremos esa insubordinación a los tribunales, que ha sido la norma general del Gobierno de la Generalitat, con la aquiescencia del Partido Socialista, del Partido de Sánchez, del sanchismo en definitiva.
P. Si Alberto Núñez Feijóo llega a la Moncloa como se prevé en las encuestas publicadas hasta el lunes, ¿debería continuar la mesa de diálogo o buscar otras fórmulas de conversaciones?
R. Lo que hará Alberto Núñez Feijóo cuando llegue al Gobierno será precisamente garantizar el diálogo con el conjunto de la sociedad catalana, no sólo con los partidos nacionalistas. Y además, por supuesto, dialogar con el Gobierno de la Generalitat en los foros generales previstos por la Constitución y en los foros bilaterales previstos por el estatuto. Pero ninguno de ellos es en la mesa. La mal llamada mesa de diálogo que constituyeron Pedro Sánchez y Pere Aragonés, es básicamente para apuntalar el apoyo de Esquerra Republicana al Gobierno de Sánchez. Por tanto, obviamente nosotros no vamos a claudicar y no vamos a mantener un instrumento al servicio del sanchismo.
P. ¿Feijóo también ha visitado Cataluña unas cuatro veces desde la convocatoria de las elecciones generales, ¿cree que tiene presente a los catalanes?
R. Absolutamente. Feijóo ha demostrado que para él Cataluña es una prioridad, porque Cataluña es una prioridad para España. Cataluña es una prioridad para el PP porque es una comunidad fundamental para la estabilidad de España. Es fundamental para la economía española y por eso Feijóo, que es un hombre que entiende muy bien la pluralidad de España, que entiende muy bien la diversidad de nuestro país y que al final lo que quiere es que todos estemos comprometidos con el proyecto colectivo de España, pues tiene muy claro que es imprescindible que cada vez más catalanes entiendan que lo mejor para España es que gobierne el Partido Popular y para él ha sido eso tan importante, y de ahí que haya visitado hasta en cuatro ocasiones en este último mes Cataluña. Ha estado en Barcelona varias veces, ha estado en Lleida, en varias ocasiones, abrió la campaña en Barcelona e hizo un acto central de campaña también en Barcelona y por tanto, ha demostrado que para él Cataluña es una prioridad de verdad. Para él es una prioridad toda Cataluña y el conjunto de la sociedad catalana.
P. A día de hoy, hay cifras considerablemente altas de abstencionismo, es decir, de personas que no van a ir a votar. ¿Qué le diría a esos ciudadanos y también a esos que están desencantados con la política?
R. Pues que el domingo 23 de junio España se juega mucho. España ha entrado en una espiral peligrosa que se ha visto en otros países, en donde la demagogia, el populismo, la mentira institucionalizada se han convertido en la norma. Y eso lo hemos visto en otros países, como por ejemplo Argentina, donde el régimen chavista o peronista ha acabado a la minando el prestigio de las instituciones. Y eso, que jugado con la economía, la propia calidad de vida de los ciudadanos, pues estamos en una situación en la que amenaza la decadencia institucional, con acabar con el bienestar de la ciudadanía y por lo tanto, yo creo que a todos nos va mucho en estas elecciones y de ahí que me parezca tan importante concentrar el voto en el PP. No podemos dejar que España se despeñe por una pendiente de confrontación y de extremismos y populismos demagógicos. Y lo que hay que hacer es conseguir un Gobierno que sea moderado, pragmático, centrista, como el que encarna el proyecto de Alberto Núñez Feijóo.