La crisis interna de Ciudadanos se agrava tras la decisión de no presentarse a las elecciones generales del 23 de julio. Según publica Vozpópuli, la dirección nacional del partido está estudiando la posibilidad de abrir expedientes disciplinarios a los dos principales críticos con la gestión de Inés Arrimadas: el portavoz adjunto en el Congreso, Edmundo Bal, y el exvicepresidente de Castilla y León, Francisco Igea.
Bal e Igea han pedido públicamente la dimisión en bloque de la ejecutiva de Cs por considerar que ha llevado al partido a una situación inviable y que ha renunciado al espacio de centro político. Ambos han reconocido que mantienen conversaciones con otras personas relevantes de la formación naranja para explorar la creación de una nueva plataforma que aglutine a los votantes huérfanos de Cs.
Fuentes cercanas a la dirección de Cs han asegurado a Vozpópuli que estas actitudes son “intolerables” y que suponen una “deslealtad” al partido y a sus militantes. Por ello, han indicado que se está valorando la posibilidad de sancionar a Bal e Igea por incumplir los estatutos y el código ético de Cs, que establecen el deber de respeto y colaboración con los órganos del partido.
Las posibles sanciones podrían ir desde una simple amonestación hasta la suspensión temporal o definitiva de militancia, pasando por la inhabilitación para ocupar cargos orgánicos o institucionales. No obstante, las fuentes consultadas han señalado que todavía no se ha tomado ninguna decisión al respecto y que se está analizando caso por caso.
Bal e Igea han reaccionado con ironía a la noticia de que podrían ser expedientados por sus críticas. En sus redes sociales, ambos han compartido el artículo de Vozpópuli con comentarios sarcásticos. “¡Qué miedo me da!”, ha escrito Bal. “¡Qué nervios!”, ha añadido Igea.
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