El PSOE vive una de sus peores crisis internas tras el comité federal que aprobó las listas al Congreso y al Senado para las elecciones generales del 23 de julio. El líder del partido, Pedro Sánchez, ha impuesto su criterio y ha blindado a su equipo en las candidaturas, lo que ha provocado el malestar y el desafío de varios barones territoriales.
Los más críticos han sido Javier Lambán y Emiliano García-Page, presidentes de Aragón y Castilla-La Mancha respectivamente, que han plantado a Sánchez y no han acudido a la reunión del máximo órgano del PSOE. Ambos han denunciado la falta de diálogo y de respeto de la dirección federal, que ha modificado las listas que habían propuesto sus federaciones sin consultarles.
También han expresado su indignación Ximo Puig y Luis Tudanca, presidentes de la Comunidad Valenciana y de Castilla y León. Puig ha criticado la “soberbia” y el “autoritarismo” de Ferraz, que ha relegado a su número dos, José Manuel Franco, al puesto 11 por Madrid. Tudanca se ha dicho “molesto”, “indignado” y “defraudado” por el cambio de su número uno por Burgos, Esther Peña, por la exministra María Luisa Carcedo.
Estos cuatro dirigentes territoriales han dejado claro que no comparten la estrategia de Sánchez, que ha apostado por una campaña centrada en su figura y en su discurso de confrontación con el PP y Vox. Los barones del PSOE temen que esta línea les aleje aún más de los votantes moderados y les aboque a una nueva derrota electoral, tras el fracaso del 28 de mayo.
Sin embargo, pese al malestar y al enfrentamiento, los líderes territoriales del PSOE han dado una tregua a Sánchez hasta el 23J y han asegurado que se van a volcar en la campaña para intentar remontar los malos augurios. Todos coinciden en que hay mucho en juego y que es necesario evitar un gobierno de derechas que ponga en peligro los avances sociales logrados por el PSOE.
El propio Sánchez ha pedido unidad y confianza a su partido en su intervención ante el comité federal. Ha defendido su gestión al frente del Gobierno y ha asegurado que el PSOE es la única alternativa viable al bloque conservador. Ha llamado a movilizar a los electores progresistas con un mensaje claro: “Hemos hecho lo que teníamos que hacer. El viaje continúa”.
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