Cómo diferenciarse de PP, PSOE, Podemos y Vox
Dice el documento de la refundación:
Una democracia funcional precisa de clases medias amplias e igualdad de oportunidades para que puedan prosperar, elegir su propio proyecto de vida en libertad, formar familias y mantener viva la aspiración legítima de ascender socialmente.
La existencia de clases medias requiere espacios al margen del Estado y del mercado: familia y sociedad civil.
La familia es un bien a proteger no solo por lo que aporta a la sociedad, sino porque ejerce de contrapeso a cualquier circunstancia coyuntural.
Tienen que existir los impuestos necesarios y justos, pero la carga de la prueba sobre la fiscalidad siempre debe corresponder al Estado antes que al ciudadano. Es decir, es el Estado el que tiene que ser ejemplar hasta el último céntimo con el gasto y, además, demostrar que un impuesto es imprescindible.
Tengo que reconocer que este es uno de los principios que más me ha sorprendido, para bien. Las clases sociales existen, e incluso sus diferencias se acentúan en tiempos de crisis. El PSOE dice llevar la bandera de la clase obrera, el PP de las clases favorecidas y VOX y Podemos se dirigen a las clases populares.
Triste España, sin ventura, donde nadie parece acordarse de las clases medias.
También se les llama “superpagadores”, ya que son familias que aportan mucho dinero en impuestos pero, por exceso o por defecto, no aplican a ningún tipo de ayuda y no les alcanzan la mayoría de políticas públicas. Por eso, este principio se cierra con una llamamiento a la moderación fiscal.
Ojo, que tener la defensa de las clases medias como un principio no impide aplicar medidas que favorezcan a todos, pero es importante tener un foco y una prioridad. Tenderos, emprendedores, cargos intermedios en empresas y administraciones públicas, pequeños y medianos agricultores… También existen.
El llamamiento a la defensa de las familias y la sociedad civil, me parece otro gran acierto. Tanto, que quizás hubieran merecido un principio aparte, aunque también es audaz enmarcar estos dos ejes en las clases medias.
Ejemplos que todos entendamos:
En una de las trincheras, la alcaldía de Carmena sacaba plazas de comedor para emergencia alimentaria para niños y niñas de muy bajos recursos y la gran mayoría de ellas quedaron sin cubrir.
En la otra trinchera, Ayuso saca becas para familias de rentas superiores a 100.000 euros, con dudoso impacto en alguno de los indicadores que deberían regir las políticas públicas.
En el medio, las familias de clase media, superpagadoras, viendo cómo las ignoran a diestra y siniestra. Menos mal que va a haber un partido que sí las tenga en cuenta.
Punto para el proceso de refundación.
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