A lo largo de los últimos años, miles de personas han usado la palabra “Libertad” para definir su forma de pensamiento, ya sea de un lado u otro, pero cada persona ha visto esa palabra como algo que no es igual para todo el mundo.
La palabra y el contenido de “Libertad” no deben ser algo monopolizado por una ideología X o una ideología Z, debe ser una idea transversal que se extienda a todos los conceptos ideológicos de nuestro país y haya un consenso mínimo de lo que significa.
Esa concepción de la libertad debe ser acordada por todos estos segmentos para darle un contenido trascendental que exceda las ideologías y se convierta en una visión conjunta. Pero, a pesar de que la libertad puede significar cosas diferentes para uno y otro, ¿qué significa para mí?
La libertad no se puede ejercer si no tenemos una sociedad libre y plural basada en la conjunción de personas que libremente se han puesto de acuerdo en unos acuerdos mínimos para generar los cimientos de un Estado. Esa sociedad debe potenciar una serie de valores basados en la diversidad, el respeto a lo diferente, en la conjugación de lo diferente y en cubrir las necesidades básicas, con el objetivo de asegurar la libertad individual de cada uno. Sin esos valores, nadie se puede desarrollar libremente. Es decir, para que un niño de Los Remedios y de Las Tres Mil pueda competir en igualdad, debe existir una equidad de recursos para asegurar que ambos tienen las mismas oportunidades para llegar a la meta máxima. Y del mismo modo, si el niño de Las Tres Mil lo consigue, se tiene que convertir en un ejemplo que inspire a otros niños. Esto se enlaza con las ideas de Ortega y Gasset sobre la meritocracia basada en la igualdad de condiciones en base a la equidad.
La definición de Libertad debe nacer de un acuerdo de mínimos entre diferentes pero iguales, entre soñadores y realistas, entre todos los demócratas.
Como dijo el filósofo Jean-Jacques Rousseau, “El hombre nace libre, pero en todos lados está encadenado”. La verdadera libertad reside en la capacidad de acordar y respetar los derechos y deberes de todos los individuos, construyendo así una sociedad donde cada uno pueda ejercer su libertad plenamente.
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