Si la corrupción es lo normal en nuestra sociedad, tenemos un problema. Estamos normalizando que cuando salta un caso de corrupción, sea en el partido que sea, los políticos se aferren al sillón y no dimitan. Y lo estamos viendo estas semanas con el caso ‘Koldo’ que salpica, presuntamente, a ministerios y comunidades autónomas durante la pandemia por la compra de mascarillas.
Y es que el PP pide explicaciones al PSOE por este caso de corruptelas que ya están investigando los tribunales, pero no creo que el PP esté en condiciones para pedir explicaciones sobre corrupción. Principalmente porque cuando hablamos de malversación, tanto el PP como el PSOE son expertos. Recordemos, en el caso del PP, el caso Bárcenas, la Gürtel, Caso Kitchen o el Caso Contratos Marbella, entre otros tantos, o en el PSOE, el caso Koldo, el caso del Tito Berni, los ERE, el Caso Cursos Formación/FAFFE, etc.
Lo cierto es que ambos partidos llevan gobernando en alternancia de poder durante más de 40 años y ninguno a puesto remedio a la puta corrupción que afecta a los dos principales partidos de nuestro país. Estos dos partidos llevan semanas hablando de corrupción. Y no, ni el PSOE es ejemplar contra la corrupción, ni tampoco lo es el PP.
Un partido que dice ser ejemplar contra la corrupción, no rebaja las penas por malversación en el Código Penal como hizo el año pasado el Partido Socialista. Tampoco modificando este Código Penal, que es uno de los textos jurídicos más importantes de nuestro país después de la Constitución, a la carta de los delincuentes, no solo rebajando estas penas de malversación, sino también eliminando completamente la sedición. Una modificación que se hizo por el método de urgencia y que se votó con nocturnidad y alevosía en el Congreso de los Diputados.
Y hablando precisamente de este Congreso de los Diputados, cada vez es mayor la percepción entre los españoles de que es un circo. Hace muchos años que la Cámara Baja dejó de representar realmente a los españoles. Un lugar donde se es complaciente con quien insulta al decoro de las instituciones del Estado, como hace los socios de Pedro Sánchez, donde se ataca a jueces y periodistas con nombres y apellidos o donde el propio presidente del Gobierno, bueno el presidente de paja, llama “piolines” a los Guardias Civiles que fueron a Cataluña en 2017 para defender la unidad nacional y constitucional de los golpistas.
Y he dicho anteriormente presidente de paja porque realmente el presidente de la nación española vive en Waterloo, es un prófugo de la Justicia española, y tiene los votos necesarios para que Pedro Sánchez pueda mantenerse en el poder, se llama Carles Puigdemont, y ahora es candidato de nuevo a presidir la Generalitat de Catalunya para finalizar su proceso de independencia, volviendo a romper la supuesta convivencia entre catalanes que nos vende el PSC.
El día que el PP y PSOE dejen el conocido término “y tú más”, avanzaremos un poquito más como sociedad. Cosa distinta es la nula voluntad política que hay en ello. Somos nosotros, los ciudadanos quienes tendríamos que pedir un poquito de por favor a quienes se suponen que trabajan desde las Cortes Generales para representar y buscar el bien común de todos los españoles, independientemente de la Comunidad Autónoma, el código postal, la edad y la renta de estos.