El anuncio de la reforma del delito de sedición ha puesto en el centro del debate una moción de censura al presidente del Gobierno Pedro Sánchez. Esta propuesta lanzó la presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas, al jefe de la oposición en el Senado, Alberto Núñez Feijóo. A Cs, se le sumó a principios de esta semana Vox.
Feijóo ya ha rechazado esta propuesta, pero si no presenta esta moción, a pesar de que ya debería haberla registrado, supone su apoyo no solo a Sánchez, al PSOE o a Podemos, también al chantaje de los independentistas.
Este apoyo ya se ha mostrado, como el inicio de las negociaciones para la renovación del Consejo General del Poder Judicial, aunque está claro que ahora el PSOE aprovechará que se haya puesto fin a esas conversaciones para culpar al PP de estar “secuestrando” al CGPJ.
Lo que demuestra que Feijóo no dé el paso, es ser cobarde. El bloque de oposición a Sánchez está exigiendo esta moción de censura, lo que podría convertirle en presidente del Gobierno. Aunque para Feijóo, es mejor esperar a que llegue por los españoles -que eso está por ver tal y como lo reflejan en las encuestas-, para borrar ese decreto del mapa judicial.
Mientras tanto, los principales condenados por sedición, en especial los golpistas -incluido Puigdemont-, se habrán beneficiado de esta reforma del delito. Que no es que solo se reforme, también se modifica y se cambia, sustituyéndolo por otro con menos peso carcelario.
Tras indultos, concesiones del PSC, mesas de sumisión, chantajes y el apoyo de Pedro Sánchez al independentismo, el expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont ha posteado que está en contacto con los miembros del PSOE para que su regreso a España no tenga repercusiones para él. “Pedro Sánchez seguro que sabe de lo que hablo”, fueron sus palabras.
No es necesario que se lleve a cabo una revisión del sistema de pensiones. Tampoco ayuda regular la energía nuclear como alternativa, dados los altos precios de la electricidad y el gas natural. No. Según Pedro Sánchez, lo más importante es reducir, eliminar y cambiar el delito de sedición.
Una reforma crucial para el propio Sánchez, que sigue dependiendo de los separatistas. Para complacerlos y permitirles dar otro golpe de estado, esta vez sin consecuencias. Entonces sí se debe eliminar el delito de sedición.
Para descifrar el nuevo bulo de Sánchez, la realidad debe triunfar sobre la ciencia ficción. En España, el código penal prevé dos tipos de delitos: la insurrección, que forma parte del delito constitucional, y la sedición, que es un delito contra el orden público.
Feijóo debería dar un paso al frente y decir públicamente si está con Sánchez o no. Si está con los independentistas o no. Si está con España o contra España. Tendría que ser valiente.
Comments
JAVIER DE LA VERA
Menudos sinvergüenzas del bicorruptismo.
Tanto PP como PSOE, tanto Sánchez como Feijóo.
Solo les interesa seguir cobrando de nuestros impuestos.