Desde el pasado 2 de noviembre, las calles de España se han llenado de manifestaciones en protesta por el acuerdo alcanzado entre el PSOE y Junts para la investidura de Pedro Sánchez. Este acuerdo, que incluye la presentación de una ley de amnistía para los independentistas catalanes condenados por malversación y sedición, ha provocado un gran rechazo en la sociedad española, que ve en él un ataque a la democracia y a la justicia.
El hartazgo de la sociedad española con este acuerdo es más que comprensible. En primer lugar, porque el PSOE ha traicionado sus propias promesas. Hace apenas unos meses, el partido socialista negaba la amnistía y los indultos, o que lo ocurrido en Cataluña en 2017 era sedición. Incluso, el 21 de julio de este año, dos días antes de las elecciones generales, Sánchez negó la amnistía porque consideraba que era inconstitucional.
En segundo lugar, porque el acuerdo de Sánchez con Junts es un insulto a la justicia. Los líderes del Procés fueron condenados por un tribunal, tras un proceso judicial en el que se respetaron todos los derechos procesales. Ahora, Sánchez pretende indultarles o amnistiarles, lo que supondría una burla a la ley y a la democracia. Amnistía proviene del latín, “amnesia”, que significa olvido, es decir, con la amnistía, no se estaría perdonando –que es lo ocurrió con los indultos–, sino olvidando los delitos, además reconociendo que los jueces españoles aplicaron mal las leyes y condenaron a personas inocentes.
En tercer lugar, porque el acuerdo de Sánchez con Junts es un peligro para la unidad de España. La concesión de una amnistía a los independentistas catalanes supondría un paso más en el proceso de desintegración de España. Ya lo dijo el propio presidente de Cataluña tras el acuerdo entre PSOE y ERC que firmó Félix Bolaños y Oriol Junqueras, “lo siguiente es el referéndum”, y de hecho, en el acuerdo con los de Puigdemont, se buscará la vía para la celebración de este referéndum.
Las manifestaciones que se están produciendo en toda España son una expresión del rechazo de la sociedad española a las mentiras y a los engaños de Sánchez. Son una muestra de que la ciudadanía no está dispuesta a aceptar que se pisotee la democracia y la justicia.
Las movilizaciones pacíficas que están teniendo lugar son una buena noticia para la democracia española. Son una señal de que la sociedad española está viva y que está dispuesta a defender sus derechos.