De forma reiterada y, a mi modo de ver, abusiva, se suele acusar al actual PSOE de incoherencia y falta de principios. Nada más lejos de la realidad. Es cierto que hay casos en los que, si los mirásemos con lupa, podríamos detectar algunas incongruencias. ¿Qué sé yo? Por ejemplo, quizá no sea excesivamente congruente impulsar, como está impulsando el PSOE, una reforma del Código Penal en la que se despenalizarían, entre otros supuestos, el enaltecimiento del terrorismo y las ofensas a la Corona, y, al mismo tiempo, denunciar ante la Fiscalía General del Estado el apaleamiento de una piñata con la supuesta imagen de Sánchez. (Digo supuesta porque, aunque el prominente apéndice nasal del muñeco resulta, desde luego, compatible con la actitud de menosprecio habitualmente mostrada por el señor presidente tanto hacia los hechos puros y duros, como hacia el cumplimiento de la palabra dada, ello puede ser debido a la simple casualidad, ya que, por lo demás, la imagen, más bien tosca, del ninot ultrajado no guarda similitud alguna con los rasgos, en verdad apolíneos, de nuestro líder progresista).
Pero quienes insisten en fijarse en minucias como la descrita pierden un tiempo precioso, que más valdría que emplearan en menesteres más productivos. El tiempo es un recurso escaso (no hace falta ser economista para sábelo) y no conviene desperdiciarlo, ya que (como nos dejó dicho el maestro Ortega) los esfuerzos inútiles sólo llevan a la melancolía. Desde luego, todos somos libres de emplear nuestro tiempo en aquello que nos plazca, no seré yo quien diga lo contrario, y quien quiera rastrear incongruencias en el PSOE, allá él, adelante con su empeño, pero ya le voy anticipando yo que sólo encontrará excepciones, excepciones que no harán sino confirmar la regla. Y la gran regla que rige hoy el proyecto socialista no puede ser sino la de la máxima coherencia, una coherencia intrínseca al hecho de que todos y cada uno de los militantes del partido comparten el mismo objetivo, el progreso de la mayoría social del país.
Así que vamos a dejar por un momento la lupa y las luces cortas y contemplemos las cosas con cierta perspectiva, con luces largas. El 29 de junio de 2018 el señor José Félix Tezanos, a la sazón Secretario de Estudios y Programas del PSOE, es nombrado presidente del CIS. Ello suscita una gran polémica en la opinión publica (o más bien en la opinión publicada, como diría Felipe González), lo que a su vez provoca que, después de diez días de resistirse como gato panza arriba, Tezanos presente su dimisión como secretario del partido el día 9 de julio de dicho año. Ese mismo día, el flamante presidente del CIS, visiblemente disgustado por no haber podido mantener su pluriempleo, se queja amargamente del linchamiento mediático al que ha sido sometido y afirma que criticar que un socialista pueda ser presidente de CIS es como criticar que pueda serlo un judío o un gitano. Muchos años después, a principios de 2024, tal y como se ha dicho al principio de este artículo, el PSOE denuncia el apaleamiento de una piñata en la calle Ferraz como delito de incitación al odio. En dicha denuncia hace notar que el partido cumple con el requisito legal de ser un colectivo vulnerable. ¿El actual partido de gobierno de España es un colectivo vulnerable? ¿Por motivos racistas? ¿Religiosos? ¿De orientación sexual? ¿Vulnerables como los gitanos o los judíos? Suena raro, pero ¿por qué no? De hecho, ya lo denunció Tezanos. Y hace ya más de cinco años. Coherencia.