Hoy hemos sabido que Sánchez va a eliminar el delito de sedición como requisito para que ERC le apoye los PGE de 2023. Una nueva demostración de que Sánchez es capaz de todo con tal de seguir en el poder unos meses más.
Previo a esto, y desdiciéndose de lo que dijo en campaña, Sánchez ya indultó hace unos meses a los presos que fueron condenados por este delito. Pero como todos sabemos el independentismo siempre quiere más y ahora exige al gobierno su total eliminación. Porque saben (sabemos) que lo volverán a hacer.
También hemos sabido que el gobierno anda en conversaciones con Puigdemont para que pueda volver al país sin tener que pasar por la cárcel, que es donde merece estar tras encabezar el golpe de estado del año 2017. Todo vale con tal de obtener los apoyos parlamentarios que el gobierno necesita para sacar adelante sus presupuestos.
Pero sin duda esto no va a acabar aquí. El año que viene habrá elecciones generales y el PSOE necesitará de los independentistas para que Sánchez vuelva a ser elegido Presidente del Gobierno. Y ahí será cuando estos echen el resto. La negociación se basará única y exclusivamente en la celebración de un referéndum de independencia en Cataluña (¿quizás también en el País Vasco para conservar los votos de Bildu?) y no les quepa la menor duda de que Sánchez aceptará.
Hasta ahora todos los presidentes españoles habían vendido en mayor o menor medida nuestro país a los independentistas con tal de conseguir sus votos, desde Felipe González hasta Zapatero, pasando por Aznar y Rajoy, pero lo de Sánchez está a otro nivel. Eliminar delitos de nuestro código penal para que estos delincuentes puedan volver a cometerlos sin que caiga sobre ellos el peso de la ley, es mas propio de Venezuela y Cuba que de España, pero en eso estamos, en parecernos cada día más a estas pseudo-dictaduras que a los países modernos de Europa.
Con la inflación por las nubes, los precios disparatados de la luz, el gas y la gasolina, la tasa de paro que deja de crecer y con un futuro más bien negro para nuestros jóvenes, Sánchez sólo se dedica a proteger su futuro sin trabajar en los cambios estructurales que necesita nuestro país para salir de esta crisis.
Así que no lo duden, este tren del gobierno, que partió hace casi 4 años, tiene su próxima estación en el referéndum por la independencia. Lo único que puede hacer descarrilarlo antes de llegar y que sea demasiado tarde, es que en las próximas elecciones echemos al maquinista.
