He estado leyendo varios artículos que comparan nuestro código penal con algunos de los existentes en Europa. Y la verdad, no se ponen de acuerdo. Los medios de comunicación de corte progresista dicen que nuestras penas por sedición son como mínimo el triple de duras que en Europa, con máximos de 5 años de cárcel. Sin embargo, los medios de corte conservador publican comparativas que elevan las penas, en algún país, a la cadena perpetua. ¿Y de quién nos debemos fiar? En realidad de ninguno.
Los códigos penales de cada país suelen ser muy diferentes. Hay prácticas delictivas muy específicas que son muy equiparables, como el asesinato, la violación o el robo. Sin embargo otras son más difíciles de equiparar como el fraude fiscal, la sedición o la rebelión. Después de haber leído como 10 artículos, he llegado a la conclusión de que ni somos los más severos, ni somos los más blandos. Realmente estamos en la media con penas altas por rebelión, el delito por el que fue condenado Tejero, y penas más asequibles por sedición sin violencia, como las que fueron aplicadas en el juicio del proces.
¿Qué impacto tendría esta reforma? Tenemos que tener muy en cuenta la irretroactividad de las leyes y las personas no juzgadas. La verdad es que para los indultados no tiene ningún impacto porque ya están en la calle y sin cargos. Sobre los líderes huidos en el extranjero tampoco, porque ya perdieron todo el peso político que tenían para poder librarse de ir a la cárcel, así que no volverán ya sean 3, 5, 10 o 15 años de condena.
En cuanto al futuro, la cosa cambia. Al cambiar solo el delito de sedición y no el de rebelión, no arriesgamos nada en el caso de un golpe de estado como el del 23F. En cuanto al “lo tornarem a fer” si tiene un impacto muy negativo. Los independentistas pueden volver a crear otra campaña nazionalista con otra hoja de ruta que termine en otra declaración de independencia, y sí les saldría más barato.
Muchos pensaréis que esta es la situación soñada para echar a Sánchez de la Moncloa. Lo que estábamos esperando todos los que creemos que Sánchez está poniendo en riesgo a nuestro país una y otra vez. Pues ni mucho menos. Subjetivamente creo que esta situación no solo beneficia a Sánchez, sino que además la ha provocado Él a propósito. Y estas son mis razones para pensarlo.
Clima de polarización exacerbado
Mucha polaridad, y posiciones muy enfrentadas, de verdad, es que esto no es ni medio normal. Es muy negativo que los medios le estén dedicando tantos esfuerzos, demasiados a mi parecer, para hacer que la opinión pública se posicione a favor o en contra de esta reforma, como si de un plebiscito se tratase. Otra vez se han formado dos grandes bloques a favor y en contra. PSOE, Podemos, nazionalistas (recordar que yo esta palabra la escribo con z), antiguos terroristas y separatistas conforman el bando que está a favor de la reforma legislativa. En el bando opuesto nos encontramos al PP, a VOX, a la escisión de VOX liderada por Olona y a Ciudadanos.
Sánchez ya hizo esto mismo otras 2 veces:
– Antes de las autonómicas de 2019 cuando casi todos los líderes socialistas se posicionaron a favor de los indultos. Esto empujó al partido naranja a apoyar a los gobiernos del PP, incluso no siendo las listas más votadas e incumpliendo la promesa del cambio. La Comunidad de Madrid, Murcia y Castilla y León son claros ejemplos de ello.
– Antes de la famosa foto de Colón, un error garrafal de Ciudadanos que, en palabras de Luis Garicano, entregó el centro al Partido Socialista.
En España se ha educado a la gente para temer al fascismo y al nazismo, pero a la vez, para ser tolerante con el comunismo. Solo aquellos inmigrantes que han vivido el comunismo y el socialismo lo temen al igual que nosotros el fascismo. Este clima de polarización vuelve a empaquetar a la derecha conservadora, la ultraderecha y al centro liberal, en el mismo envoltorio de “las tres derechas” creando un claro rechazo al posible fascismo de VOX. Todo el espectro político de centro ve con temor al partido de Santiago Abascal, mientras no temen al partido de Iglesias o al de Errejón. Y ciertamente deberían temerlos por igual. Pero Sánchez lo sabe y propicia estos escenarios porque le favorecen para ganar las próximas elecciones generales, y ese es un objetivo primordial para Sánchez.
Esta vez C’s ha pedido algo diferente, pedir a viva voz una moción de censura, que deberá proponer el Partido Popular, pero que solo servirá para ganar tiempo. El partido de los charranes tendrá que decidir si presenta la moción para retrasar este cambio a febrero o marzo, que sería lo mejor para el país. O si prefieren hacer caso omiso por enésima vez a los de Arrimadas, preferir lo peor para España, pero lo mejor para seguir machacando al partido liberal y ganar unos cuantos votos más para el PP. Tendrán más votos pero no los suficientes como para echar a Sánchez.
Los presupuestos en juego.
Sánchez y sus ministros han preparado los presupuestos más electoralistas de la historia democrática de España. Tenemos 9,96 millones de pensionistas con derecho a voto, y el ejecutivo se empeña en subirles más de 8% su pensión. La seguridad social está en déficit desde hace ya más de una década. Esta subida aumentará la desviación de las cuentas públicas y pondrá en riesgo la estabilidad del modelo de pensiones español a todos los plazos. A este ritmo, no solo se pone en riesgo que los que no estamos jubilados podamos cobrar nuestra pensión. Es que también se pone en riesgo que los que se acaban de jubilar, no pierdan su pensión dentro de 8, 10 o 15 años.
Nadie en su sano juicio piensa que se van a poder pagar unas pensiones tan altas como las que hay previstas si continuamos teniendo unos salarios tan bajos. No hace falta ser un gurú de la economía para decir que esto va a salir muy mal. No es culpa del modelo, ni siquiera teniendo la pirámide de población que tenemos. Es claramente culpa de los gestores. Lo que queda completamente claro para los que tenemos al menos dos dedos de frente, es que al PSOE le importa más ganar las elecciones que el futuro de España. De eso no hay ninguna duda. Vuelvo a repetir que el PSOE tiene como objetivo primordial ganar las próximas elecciones.
El barullo funciona de bomba de humo.
Un objetivo claro del Partido Socialista es librar de la cárcel a Chaves y a Griñán, pero sin indultarles. Ya lanzaron el globo sonda de que ellos no robaron y no llevaron dinero, pero la opinión pública no les acompaña. Sin embargo ya se ha lanzado el globo sonda de también reformar el código penal en artículos que penan la malversación. Todo esto para rebajar las penas, que tanto Chaves como Griñán puedan pedir una revisión, y así que eviten la cárcel. Y este si es otro objetivo primordial para el PSOE, que Chaves y Griñán no pisen la Cárcel.
Conclusiones
Las mías son que todo esto es una gran mentira, y que Sánchez ha provocado este escenario para crear un clima exacerbado de polarización y barullo, que le beneficia al poder juntar en un pack a todos los que no somos socialistas, ni nazionalistas, ni separatistas, ni comunistas, ni terroristas, y poder volver a vender el falso relato de las 3 derechas. Que beneficia al PSOE si saca estos presupuestos negligentes, populistas y electoralistas. Y que permite al PSOE también cambiar el delito de malversación para librar a sus corruptos de la cárcel sin mucho coste electoral.
La verdad es que Sánchez, como estratega electoral, está haciendo una genialidad, una genialidad que a mi me da arcadas y pavor. Solo hay una persona en la historia que yo recuerdo, con mejor estrategia electoral, con mejor previsión de resultados, que ganó las elecciones con más del 90% de los votos, y que me provocase más fuertemente el vómito y el horror, y ese el Adolf Hitler.