Año de elecciones: año de esperanza
Este fin de semana los partidos políticos han comenzado a engrasar sus maquinarias electorales y de nuevo volvemos a escuchar discursos similares a los de las campañas anteriores…bueno, casi similares.
En el caso del Partido Socialista un discurso adaptado a las concesiones que sus “socios” le exigen: en campañas anteriores se trataba de indultos y cambios en el Código Penal; en esta ocasión, de amnistía, referéndum y condena a los jueces. En esto lo socialistas no tienen ningún problema, se adaptan con facilidad a las circunstancias y a lo que sus socios le soliciten, porque funcionan, con docilidad, es su teatro de marionetas: alguien decide, escribe el guión que corresponda y todos, ya sea el presidente, los ministros, los altos cargos o sus incondicionales fans, lo repiten una y otra vez y así, las nuevas concesiones pasan de ser líneas rojas inadmisibles a formar parte de su cartera de principios que, con tanta facilidad, adaptan y modernizan.
En el Partido Popular, nada nuevo: se erigen como los únicos capaces de salvarnos de las garras del social comunismo y piden pista: que se aparten todos que ahí están ellos, que nadie trate de atraer votos con sus ideas porque serían votos que beneficiarían al enemigo, las ideas hoy no cotizan en política, no son necesarias. Para el Partido Popular valen las del Partido Socialista —en esto nunca han malgastado sus neuronas— y para gobernar se postulan como mejores administrativos, con eso parece que les basta.
De la izquierda extrema con los ricos comunistas al frente, cuyo exponente máximo es una de las vicepresidentas del Gobierno, nada que decir.
Vox trata de abrirse paso y conseguir algún escaño en el Parlamento gallego. Su problema, de momento, es que tiene ideas que trata de plasmar en su programa. Hoy por hoy, esto es un hándicap en el panorama político español porque una gran parte de la sociedad está adormecida y ávida de vacaciones pagadas a plazos, sin importarle nada más. No obstante, debemos reconocer que otra parte de la sociedad (minoritaria por el momento) piensa y muestra su disconformidad con lo que está ocurriendo
Es posible que, no muy tarde — las elecciones europeas de junio lo dirán— las ideas vuelvan a tener algún valor y esa parte de la sociedad disconforme, vaya siendo cada vez mayor y la política recobre su verdadera dimensión dejando de ser una profesión de mediocres y oportunistas
Un anticipo lo hemos podido ver en Davos con el discurso de Milei: la libertad, el derecho a la vida y el derecho a la propiedad privada constituyen la estructura de su discurso y son las ideas clave de su programa político. El mundo entero ha vuelto la mirada hacia él. Milei ya no es el melenudo, populista de extrema derecha que está medio loco: ha demostrado ser un hombre con ideas, dispuesto a ponerlas en práctica.
Algo en el mundo se está comenzando a mover.
Pero en España, desde hace un par de siglos, siempre vamos con retraso. Nuestra democracia sigue siendo muy deficiente, los españoles no acabamos de entenderla: la reducimos a ir a las urnas unas cuantas veces y con eso nos consideramos los más demócratas del mundo. No nos importa que los programas con los que se presentan los políticos para pedirnos el voto sean mentira, siempre lo han sido: ninguno de los dos partidos que han gobernado hasta ahora ha respetado su programa, ni aun teniendo mayoría absoluta. Pero eso no tiene importancia, nos seguimos creyendo demócratas y les seguimos votando
De ahí que los gobernantes que tenemos sean los que nos merecemos. No nos podemos quejar: están ahí, en el poder, porque nosotros los hemos puesto.
Pero este año que acaba de comenzar nos brinda una gran oportunidad. Estamos ante un año de esperanza:
Esperemos que, aunque tarde, también en España comiencen a soplar estos aires frescos que asoman por el horizonte y esa pequeña parte de nuestra sociedad vaya creciendo y amando cada vez más las ideas y la libertad.
Esperemos que pronto la dignidad del ser humano sea la columna vertebral del hacer político: que el derecho a la vida sea realmente un derecho, que también lo sea el ser hombre o mujer.
Esperemos que la familia natural, entre un hombre y una mujer, sea reconocida como la única capaz de consolidar y hacer progresar la sociedad.
Esperemos que se nos deje a los padres educar a nuestros hijos y los poderes públicos dejen de adoctrinarlos.
Esperemos que los políticos se dediquen a la política y dejen de ser científicos y que los científicos dejen de hacer de política y se dediquen a la ciencia
Esperemos que se nos presente la historia como ha sido, no como la han inventado los políticos.
Esperemos que a los españoles se nos deje vivir en paz y armonía, como siempre ha sido, entre los de unas regiones y otras: gallegos, castellanos, catalanes, valencianos…
Esperemos, en fin, que los españoles sepamos distinguir entre los políticos preparados y con ideas y los políticos mediocres y oportunistas; entre los que realmente son políticos para servir y aquellos que son “políticos” para servirse
Hagamos que el año que acaba de comenzar sea un año de esperanza porque algo en el mundo, se está comenzando a mover