Miembros de la Guardia Presidencial de Níger han protagonizado hoy un intento de golpe de Estado en la nación africana. El presidente Mohamed Bazoum y su familia están retenidos en su residencia, mientras otras unidades del Ejército se mantienen firmes, rechazando unirse a la sublevación. Las tensiones aumentan en la capital, Niamey, mientras el país sigue de cerca la evolución de esta “acción antirrepublicana”, como lo ha denominado la Presidencia de Níger.
El intento de golpe se inició temprano esta mañana, alrededor de las cinco y media, cuando elementos de la Guardia Presidencial bloquearon el tráfico y tomaron posiciones alrededor del Palacio Presidencial. El general Omar Tchiani, jefe de la Guardia Presidencial, es señalado como el líder de este motín, cuyo temor a ser destituido podría haber sido el desencadenante de la sublevación.
Aunque hasta el momento no se han reportado disparos ni actos violentos en Niamey, numerosas unidades del Ejército que inicialmente eran leales al Gobierno han sido desplegadas en diferentes puntos de la capital, incluyendo las sedes de la televisión y la radio pública, así como los principales cruces viales. Además, militares de cuarteles en Niamey y las regiones cercanas de Dosso y Tillaberi también se han dirigido a la ciudad, aunque sus intenciones aún no están completamente claras.
Las autoridades regionales han reaccionado rápidamente a la situación. El presidente de la Comisión de la Unión Africana, Moussa Faki Mahamat, ha condenado enérgicamente el intento de tomar el poder por la fuerza y ha instado a los golpistas a liberar al presidente Mohamed Bazoum de manera inmediata y sin condiciones. Bola Tinubu, presidente de la Comisión Económica de Estados de África Occidental (Cedeao), también ha expresado su rechazo a cualquier acción que perturbe la autoridad legítima en Níger o en cualquier parte de África occidental, y ha comenzado a realizar consultas con líderes regionales en busca de una solución.
Níger es un país de gran importancia estratégica, ya que alberga la mayoría de los soldados de la operación militar francesa Barkhane, expulsada previamente de Malí por la junta militar. Además, posee una significativa base de drones estadounidense en el norte del país. En temas migratorios, el presidente Bazoum ha sido un colaborador clave de las políticas europeas, trabajando estrechamente con la Unión Europea para establecer campamentos de acogida para solicitantes de asilo. Actualmente, Níger es el último gran aliado occidental en una región convulsa, atravesada por rutas migratorias hacia Europa y afectada por la violencia terrorista, la pobreza y el cambio climático.
Este es el segundo intento de golpe de Estado que enfrenta Mohamed Bazoum desde su elección como presidente en febrero de 2021. El mes posterior a su victoria, un grupo de militares intentó sin éxito derrocar al Gobierno, resultando en la condena de 27 personas, incluidos los supuestos autores intelectuales del golpe. Bazoum, de 63 años de edad, fue ministro del Interior bajo el expresidente Mahamadou Issoufou y se le considera uno de los principales aliados de las políticas europeas en el Sahel.
Níger, con una población de aproximadamente 26 millones de habitantes, es uno de los países más pobres del mundo según el Índice de Desarrollo Humano, y ostenta la tasa más alta de hijos por mujer, alcanzando 6,9 hijos en promedio. Enfrenta múltiples desafíos, siendo el terrorismo yihadista una de las principales amenazas que proviene de países vecinos. La región de Diffa, en el este, sufre frecuentes incursiones del Estado Islámico de África Occidental (Iswap) procedente de Chad y Nigeria, mientras que en la región de Tillabéri, en el oeste, opera desde hace casi una década el Estado Islámico en el Gran Sahara (EIGS), que llegó desde Malí y Burkina Faso, perpetrando ataques y atentados con regularidad.
El incremento de la actividad terrorista y la incapacidad de los Estados del Sahel para contener su expansión han llevado a golpes de Estado en países vecinos como Malí y Burkina Faso entre 2020 y 2022, que instauraron juntas militares con un marcado sesgo antifrancés y favorable a Rusia. En el caso de Níger, donde también crece el sentimiento antioccidental, Mohamed Bazoum ha mantenido hasta ahora el control sobre sus generales, mostrándose crítico frente a las juntas militares presentes en Malí y Burkina Faso. La incertidumbre actual pone en alerta a la región y al mundo, ya que cualquier cambio de poder en este país estratégico podría tener amplias repercusiones.