El presidente ruso, Vladimir Putin, ha acusado hoy de traición al grupo Wagner, una organización de mercenarios que ha participado en la guerra de Ucrania y que recientemente se ha rebelado contra el Kremlin. En un discurso a la nación, Putin ha calificado la toma de la ciudad de Rostov por parte de Wagner como un «golpe contra la nación rusa» y ha prometido una respuesta «brutal» para defender su patria.
El grupo Wagner, liderado por el oligarca Yevgeni Prigozhin, un antiguo socio de Putin, se ha declarado en rebeldía contra Moscú tras denunciar que el ejército regular ruso bombardeó sus bases en territorio ucraniano. Prigozhin ha afirmado tener a 25.000 hombres dispuestos a marchar sobre la capital rusa y poner fin a una guerra «injusta» que ha causado numerosas bajas «entre su gente».
Putin, que no ha mencionado por nombre a Prigozhin, ha distinguido entre las fuerzas de Wagner y los soldados rusos que luchan en Ucrania, a los que ha elogiado como «héroes». Ha pedido a los rebeldes que depongan las armas y ha advertido que quienes hayan seguido el camino de la traición y el chantaje recibirán un castigo inevitable.
El mandatario ruso ha comparado la situación actual con la de 1917, cuando las intrigas y las divisiones internas desembocaron en la revolución bolchevique y la guerra civil. Ha asegurado que no permitirá que se repita esa historia y que hará todo lo posible para proteger la Constitución, la vida y la seguridad de los ciudadanos.
La crisis interna rusa se produce en medio de una guerra con Ucrania que comenzó hace 16 meses y que ha provocado miles de muertos y desplazados. El grupo Wagner ha sido uno de los principales aliados militares del Kremlin en este conflicto, apoyando a las fuerzas separatistas del este ucraniano. Sin embargo, sus intereses económicos y políticos han chocado con los del Estado Mayor ruso, generando tensiones y enfrentamientos.