El Ejército de Ucrania ha atacado este domingo con misiles de fabricación estadounidense HIMARS la sede de la Administración prorrusa de Donetsk, causando graves destrucciones y dos heridos.
«¿Cómo se puede valorar este nuevo acto terrorista por parte de Ucrania? Contra una sede civil se llevó a cabo un ataque deliberado, no hay ninguna duda al respecto porque ya hubo impactos cerca. Y ahora se trata de un impacto directo», afirmó el alcalde prorruso de la ciudad, Alexéi Kulemzin, citado por la agencia rusa TASS.
El jefe de la Administración local denunció que se trataba del impacto de un misil HIMARS y constató que el inmueble recibió «daños considerables». Kulemzin publicó en su canal de Telegram fotos de la Administración, en las que se observa el edificio semidestruido, con todas las ventanas rotas. «De milagro no murió nadie», afirmó el alcalde, al señalar que ya se trabaja para paliar las consecuencias del ataque.
Según el Estado Mayor de la Defensa Territorial de Donetsk, dos personas resultaron heridas a consecuencia del ataque, y varios vehículos, que estaban aparcados junto a la sede se incendiaron.
Once movilizados rusos mueren en un tiroteo
Antes, este sábado, al menos once movilizados rusos murieron y otros 15 resultaron heridos a consecuencia de un tiroteo provocado por dos ciudadanos extranjeros en un campo de entrenamiento militar de la región rusa de Bélgorod, fronteriza con Ucrania, según informó el Ministerio de Defensa de Rusia.
«Los dos terorristas fueron aniquilados con fuego de respuesta», señaló la entidad castrense en un comunicado. Según Defensa, los atacantes eran originarios de uno de los países exsoviéticos de la Comunidad de Estados Independientes (CEI), aunque no especificó de cual.
El Ministerio de Defensa indicó que en el campo de entrenamiento se preparaban voluntarios que expresaron su deseo de participar en la llamada «operación militar especial» rusa en Ucrania.
En septiembre pasado el presidente de Rusia, Vladímir Putin, anunció una movilización parcial para sacar la campaña militar rusa en Ucrania del actual atolladero, en el que las fuerzas rusas se han visto obligadas a retroceder y han perdido vastos territorios en el este y el sur del país.
Según el Ministerio de Defensa, serán llamados a filas alrededor de 300.000 reservistas, poco más del 1% del recurso total de movilización en Rusia. El llamado a filas, que ya ha afectado a más de 200.000 personas, ha conmocionado a la población rusa, generado protestas que han sido reprimidas por la policía y un éxodo masivo a países vecinos como Armenia, Georgia, Kazajistán y Mongolia, entre otros.