La policía israelí carga contra el cortejo fúnebre de la periodista Shireen Abu Akleh

La comunidad internacional ha denunciado la intervención de la policía israelí el viernes durante las exequias de la periodista palestino-estadounidense Shireen Abu Akleh, cuyo féretro casi cayó al suelo tras una carga de las fuerzas de seguridad contra los asistentes que lo llevaban a hombros  

Miles de palestinos acudieron al funeral de la periodista de Al Jazeeraabatida el miércoles de un disparo en la cabeza cuando cubría una operación militar israelí en Cisjordania, un territorio palestino ocupado por Israel desde 1967.  La reportera llevaba un chaleco antibalas con el rótulo «Prensa» y un casco.

Los incidentes estallaron cuando la policía intentó dispersar a la multitud después de que el féretro con los restos de la reportera saliera del hospital San José, en Jerusalén Este, un sector palestino ocupado por Israel. El ataúd de la periodista estuvo a punto de caer, pero fue salvado in extremis, según las imágenes difundidas por las televisiones locales.

«Las imágenes de la intervención policial israelí en el cortejo fúnebre nos perturbaron profundamente», ha reaccionado el secretario de Estado estadounidense Antony Blinken. La Unión Europea ha condenado «el uso desproporcionado de la fuerza y el comportamiento irrespetuoso de la policía israelí hacia los participantes en el cortejo fúnebre».

La representación francesa en Jerusalén ha dicho que la «violencia policial» era «profundamente chocante» y el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, se mostró «profundamente perturbado».

La ONU condena el asesinato

«Las fuerzas de ocupación no sólo mataron a Shireen (…) sino que también aterrorizaron a quienes la acompañaron a su última morada», denunció Catar. «Si no paran estos cánticos nacionalistas, tendremos que dispersarlos usando la fuerza e impediremos que se celebre el funeral», dijo un policía israelí a través de un megáfono a la multitud reunida en el interior del hospital San José, según un vídeo difundido por el cuerpo armado.

Los «alborotadores impidieron que los familiares cargaran el féretro en un coche fúnebre para ir al cementerio, tal y como se había acordado con la familia (…) La multitud se negó a volver a meter el féretro en el coche fúnebre y la policía intervino para impedir que se lo llevaran. Durante los disturbios provocados por la multitud, se lanzaron botellas de vidrio y otros objetos», según un comunicado de la policía.

Según la Media Luna palestina, 33 personas resultaron heridas durante las exequias y la policía israelí informó que había detenido a seis personas.

Tras la intervención policial, la multitud siguió al féretro hasta una iglesia de la Ciudad Vieja, donde se le dedicó una misa antes de su traslado al cementerio. 

En una postura inusualmente unánime, el Consejo de Seguridad de la ONU «condenó enérgicamente el asesinato» de la periodista y reclamó «una investigación inmediata, exhaustiva, transparente e imparcial» para «garantizar la rendición de cuentas».

Origen del disparo

La Autoridad palestina, Al Jazeera y el gobierno de Catar acusan al ejército israelí de haber asesinado la periodista, de 51 años.  En un primer momento, Israel aseguró que la reportera «probablemente» murió por los disparos de combatientes palestinos. Pero después, dijo que no podía descartar la responsabilidad de los soldados israelíes. 

Según un comunicado de la fiscalía palestina de la ciudad cisjordana de Ramala el viernes, «los resultados iniciales de la investigación mostraron que el único origen de los disparos contra Shireen fueron las fuerzas de ocupación israelíes«.

El ejército israelí había asegurado que no era posible determinar de inmediato el origen del tiro, que podía provenir del bando palestino o israelí.

Las autoridades israelíes piden que se les entregue la bala para realizar un examen balístico y proponen que tanto expertos palestinos como estadounidenses estén presentes. Pero la Autoridad Palestina, dirigida por Mahmud Abas, ha rechazado la idea de una investigación conjunta con Israel y declaró que quería remitir el caso a la Corte Penal Internacional.  «Las autoridades israelíes cometieron este crimen y no les tenemos confianza», ha dicho. 

El funeral tuvo lugar en un contexto de nuevos enfrentamientos cerca de Yenín durante las operaciones del ejército. Un policía israelí fue abatido por combatientes palestinos y 13 palestinos resultaron heridos.

El ejército israelí lanzó varias operaciones en el campo de refugiados de Yenín, un bastión de las facciones armadas palestinas de donde proceden los autores de los recientes atentados en Israel.

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