En el 78º aniversario del Día de la Victoria, que conmemora el fin de la Segunda Guerra Mundial, el presidente ruso, Vladimir Putin, ha pronunciado un discurso en la Plaza Roja de Moscú en el que ha acusado a Occidente de querer destruir Rusia y de usar a Ucrania como un instrumento para sus «intereses» geopolíticos.
Según Putin, Rusia se enfrenta a una amenaza existencial por parte de las potencias occidentales, que buscan socavar su soberanía, su integridad territorial y su papel en el mundo. El mandatario ha afirmado que la guerra en Ucrania, que comenzó hace más de un año con la anexión ilegal de Crimea por parte de Rusia y la invasión de las regiones orientales del país por parte de los separatistas prorrusos apoyados por Moscú, es una batalla decisiva para el destino de Rusia y de su pueblo.
«Estamos orgullosos de los héroes que luchan en el frente ucraniano, de los que defienden nuestra patria bajo el fuego enemigo y de los que salvan a los heridos. No hay nada más importante ahora que vuestro combate. La seguridad de nuestro país, el futuro de nuestro Estado y nuestro pueblo, dependen de vosotros», ha dicho Putin, al tiempo que ha pedido la unidad nacional en torno a su liderazgo.
Putin ha comparado la situación actual con la que vivió la Unión Soviética durante la Segunda Guerra Mundial, cuando tuvo que hacer frente a la invasión nazi. El presidente ruso ha recordado el sacrificio y la victoria de los soldados soviéticos, que liberaron a Europa del fascismo, y ha asegurado que Rusia seguirá defendiendo sus valores y su dignidad frente a cualquier agresión.
«Su objetivo es lograr el colapso y la destrucción de nuestro país, borrar los resultados de la Segunda Guerra Mundial, y finalmente resquebrajar el sistema de seguridad global y el derecho internacional, estrangular cualquier centro de desarrollo soberano», ha denunciado Putin, refiriéndose a Occidente.
El discurso de Putin ha sido seguido por un desfile militar en el que han participado miles de soldados y vehículos blindados, así como aviones y helicópteros. El acto ha contado con la presencia de varios líderes aliados de Rusia, como el presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, o el presidente kazajo, Kassym-Jomart Tokayev. Sin embargo, la asistencia de público ha sido muy escasa, debido al temor al coronavirus y al descontento social por la situación económica y política del país.
El Día de la Victoria es una fecha muy importante para Rusia, que celebra cada 9 de mayo el triunfo sobre la Alemania nazi en 1945. Sin embargo, este año la celebración se ha visto ensombrecida por la guerra en Ucrania, que ha provocado una grave crisis entre Rusia y Occidente, así como por las sanciones internacionales y las protestas internas contra el régimen de Putin.