En un sorpresivo giro de los acontecimientos, el ex vicepresidente Mike Pence anunció hoy que se postulará para la presidencia de Estados Unidos en las elecciones de 2024, desafiando a su antiguo aliado y rival Donald Trump y al actual gobernador de Florida Ron DeSantis, quienes también han expresado su intención de competir por la nominación republicana.
Pence registró la documentación necesaria para iniciar su campaña en la Comisión Federal de Elecciones y luego hizo el anuncio oficial en un video publicado en sus redes sociales, donde se presentó como una alternativa moderada y experimentada que puede unir al partido y al país.
“Estados Unidos necesita un líder que pueda restaurar la confianza en nuestra democracia, defender nuestra Constitución, fortalecer nuestra seguridad nacional y revitalizar nuestra economía”, dijo Pence en el video. “Creo que tengo la visión, la capacidad y el coraje para asumir ese desafío. Por eso hoy me postulo para ser el próximo presidente de los Estados Unidos”.
La decisión de Pence de entrar en la carrera presidencial ha causado una fuerte reacción entre los republicanos, que se encuentran divididos entre el apoyo a Trump, quien sigue siendo muy popular entre la base del partido a pesar de haber sido derrotado por Joe Biden en 2020 y acusado de incitar al asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021, y a DeSantis, quien ha ganado notoriedad por su manejo de la pandemia de covid-19 en Florida y su postura conservadora en temas como el aborto, las armas y la inmigración.
Pence, quien fue leal a Trump durante casi todo su mandato, rompió con él en los últimos días de su presidencia, cuando se negó a interferir en la certificación del resultado electoral a favor de Biden, lo que le valió el repudio de Trump y sus seguidores. Desde entonces, Pence ha mantenido un perfil bajo, dedicándose a escribir un libro sobre su experiencia en la Casa Blanca y a dar discursos ocasionales en eventos conservadores.
Según las encuestas más recientes, Pence se ubica en un lejano tercer lugar entre los posibles candidatos republicanos para 2024, con un 12% de las preferencias, muy por detrás de Trump (44%) y DeSantis (26%). Sin embargo, algunos analistas políticos creen que Pence podría tener una oportunidad si logra captar el voto de los republicanos moderados que están descontentos con Trump y DeSantis y que buscan una opción más centrada y pragmática.
“Mike Pence tiene una base sólida entre los evangélicos y los conservadores sociales, pero también tiene credenciales como ex gobernador de Indiana y ex miembro del Congreso que le dan cierta credibilidad entre los republicanos más institucionales”, dice John Smith, profesor de ciencias políticas en la Universidad de Georgetown. “Su desafío será convencer a los votantes de que puede ser un líder independiente y no una marioneta de Trump o un traidor al partido”.
Pence tendrá que enfrentar también el escrutinio de los medios y del público sobre su rol en la administración Trump y su responsabilidad en las políticas controvertidas que se implementaron durante esos cuatro años, como la separación de familias migrantes en la frontera, la salida del acuerdo climático de París, el manejo errático de la crisis sanitaria y la negación del fraude electoral.
“Mike Pence tendrá que responder muchas preguntas difíciles sobre lo que hizo y lo que no hizo cuando fue vicepresidente”, dice Laura Jones, analista política y columnista del diario The Washington Post. “No podrá escapar de la sombra de Trump ni de las consecuencias de sus acciones. Tendrá que demostrar que tiene una visión propia para el país y que puede ofrecer algo diferente a lo que ya hemos visto”.
Pence se suma así a una lista cada vez más larga de aspirantes republicanos a la presidencia, entre los que se encuentran también el senador Ted Cruz, la ex embajadora Nikki Haley, el ex secretario de Estado Mike Pompeo y el ex gobernador Chris Christie. Se espera que en los próximos meses se definan más candidaturas y que se intensifique la competencia por el liderazgo del partido y el apoyo de los votantes.
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