Chile celebra un plebiscito este domingo sobre la propuesta de nueva Constitución, una de las votaciones más importantes de los últimos años, que podría tener como resultado un profundo cambio en su modelo de país. Los 15,1 millones de electores tendrán que marcar la opción «Apruebo» o «Rechazo» el nuevo texto.
Los locales electorales, que por ley estarán custodiados por más de 26.000 militares, han abierto a las 8:00 hora local (11:00 GMT) y cerrarán a las 18:00 horas (21:00 GMT), aunque si aún hay personas en la fila esperando para votar al momento del cierre, podrán hacerlo..
«Va a trascender»
El resultado, que se espera muy ajustado, se conocerá un par de horas después del cierre y está previsto que el presidente chileno, Gabriel Boric, ofrezca un discurso en cadena nacional por la noche, independientemente de la opción que gane.
De aprobarse, el texto sustituirá a la actual Carta Magna, heredada de la dictadura (1973-1990) -aunque reformada parcialmente en democracia- y vista por una parte de la sociedad como el origen de las desigualdades del país por fomentar la privatización de servicios básicos.
De rechazarse, seguirá vigente la actual Ley Fundamental, aunque Boric ya anunció que convocará un nuevo proceso constituyente y que se cumplirá con el mandato del plebiscito de octubre de 2020, en el que casi el 80 % de los chilenos pidió un cambio constitucional.
Gran incertidumbre
Los últimos sondeos revelaron que se mantiene la tendencia a rechazar el texto, pero los expertos alertan de que el escenario está abierto porque por primera vez el voto es universal y obligatorio y hay una gran bolsa de votantes que llevan años ausentes de las urnas.
El nuevo texto, redactado durante un año por una convención de tendencia progresista y con paridad entre hombres y mujeres, declara a Chile un «Estado social de derecho» y es uno de los más vanguardistas del mundo en materia de lucha contra el cambio climático e igualdad de género.
Sus defensores, que se concentran en la izquierda y parte del centro, dicen que ayudará a crear un Chile «más justo» porque consagra un abanico de nuevos derechos sociales, la principal demanda que los ciudadanos expresaron en la ola de protestas de 2019.
Sus detractores, la derecha y la otra parte del centro, argumentan en cambio que es un texto «radical» y que «no une al país».
El carácter plurinacional del Estado, la reelección presidencial, el sistema de justicia y la eliminación del Senado son algunos de los temas incluidos en el texto que generan más controversia, pero la izquierda se ha comprometido a hacerle cambios al texto para llegar a acuerdos.
La campaña electoral, que en la recta final se vio un tanto empañada por distintos actos de violencia, acabó el jueves con un gran acto en la capital de defensores del «Apruebo», lo que dio esperanzas a este comando luego de semanas con las encuestas en contra.