El Archivo General de Indias, un rincón insigne en el corazón de Sevilla, fue concebido en 1785 por el rey Carlos III con la finalidad de centralizar la ingente documentación referente a la administración de los territorios ultramarinos españoles, anteriormente dispersa en distintos archivos en Simancas, Cádiz y Sevilla.
El majestuoso edificio, diseñado por Juan de Herrera y levantado por Juan de Minjares entre 1584 y 1598, se encuentra enclavado junto a la Catedral de Sevilla y el Real Alcázar. La construcción de planta cuadrada y dos pisos, en ladrillo rojo y elementos de piedra, engloba un patio central con arcos en medias columnas y una cúpula en linterna sobre la escalera principal, diseñada por Lucas Cintora a finales del siglo XVIII.
La creación del Archivo General de Indias respondió a la necesidad de solventar la falta de espacio en el Archivo General de Simancas y reunir documentos dispersos. También, en sintonía con la corriente ilustrada, buscaba responder a las narrativas extranjeras sobre la conquista y hispanización de América. José de Gálvez y Gallardo y Juan Bautista Muñoz lideraron este titánico proyecto en 1785, recibiendo las primeras remesas documentales en 1786 desde Simancas y luego desde la Casa de la Contratación en Cádiz.
Con más de 43,000 legajos, 80 millones de páginas y 8,000 mapas y dibujos, este archivo se erige como el mayor testimonio documental de la historia de España en América y Filipinas. Abarcando desde el Consejo de Indias hasta la Sala de Ultramar del Tribunal de Cuentas, la vasta colección atrae a investigadores y estudiosos de todo el mundo, resguardando autógrafos de nombres icónicos como Cristóbal Colón, Fernando de Magallanes y Hernán Cortés.
La trascendencia del Archivo General de Indias como pilar de la historia colonial ha sido ampliamente reconocida. En 1987, la UNESCO lo declaró Patrimonio de la Humanidad, compartiendo el honor con la Catedral, la Giralda y el Real Alcázar. El Patronato del Archivo, establecido en 2005, asegura su preservación en colaboración con el Ministerio de Cultura, la Junta de Andalucía, el Ayuntamiento de Sevilla, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas y las Universidades locales.
El Archivo General de Indias persiste como un faro en el estudio de la historia colonial, iluminando la memoria de la administración española en los territorios ultramarinos. Su magnitud y relevancia resplandecen en el contexto de Sevilla, proyectando su impacto en los pasados, presentes y futuros investigadores que transitan sus pasillos.
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