La beneficencia y su contribución al desarrollo sostenible

Mural en la sede de Cáritas dedicado a la Madre Teresa en Wołomin | Happa

La beneficencia, un acto de generosidad que trasciende fronteras y culturas, emerge como un pilar fundamental para la promoción del diálogo, la solidaridad y la comprensión mutua entre las personas. Además de mitigar los efectos devastadores de las crisis humanitarias, complementa los servicios públicos esenciales, como la atención médica, la educación, la vivienda y la protección infantil. En este contexto, también desempeña un rol crucial en la promoción de la cultura, la ciencia, el deporte y la preservación de nuestro patrimonio cultural y natural, al tiempo que levanta la voz en defensa de los derechos de los marginados y desfavorecidos, contribuyendo a preservar nuestra humanidad en situaciones de conflicto.

La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, aprobada por las Naciones Unidas en septiembre de 2015, reconoce que la erradicación de la pobreza, incluida la extrema, constituye el mayor desafío global y un requisito esencial para lograr un desarrollo sostenible. Esta Agenda hace un llamado a fortalecer el espíritu de solidaridad a nivel global, enfocándose especialmente en las necesidades de los más pobres y vulnerables. Además, reconoce la contribución significativa de diversos actores del sector privado, que van desde pequeñas empresas hasta corporaciones multinacionales, junto con las organizaciones de la sociedad civil y las filantrópicas.

Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible delineados en esta Agenda, que se agrupan en seis áreas clave (dignidad, seres humanos, planeta, prosperidad, justicia y alianzas), poseen un potencial transformador para nuestras vidas y para nuestro planeta. Proporcionan el marco esencial para que las instituciones benéficas permitan a todas las personas contribuir al mejoramiento de nuestro mundo.

Esta fecha fue elegida para conmemorar el aniversario del fallecimiento de la Madre Teresa de Calcuta, una figura icónica que recibió el Premio Nobel de la Paz en 1979 por su incansable labor en la lucha contra la pobreza y la angustia.

La Madre Teresa, nacida como Agnes Gonxha Bojaxhiu en 1910 en la antigua Yugoslavia, llegó a la India en 1928 y se dedicó por completo a ayudar a los indigentes. En 1948, adquirió la ciudadanía india y, en 1950, fundó la orden de las Misioneras de la Caridad en Calcuta, que ganó reconocimiento por su trabajo en favor de los más pobres y moribundos.

Durante 45 años, la Madre Teresa ejerció su ministerio entre los pobres, enfermos, huérfanos y moribundos, mientras que las Misioneras de la Caridad se expandían primero por la India y luego por otros países, estableciendo hospicios y residencias para los desamparados. Su labor recibió el elogio mundial y le valió numerosos premios y distinciones, incluyendo el Premio Nobel de la Paz en 1979. Para ella, “la pobreza y la angustia son una amenaza para la paz”. La Madre Teresa falleció el 5 de septiembre de 1997, a la edad de 87 años.

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