Larga vida a Ciutadans

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Cuando desde Diario de España me pidieron un artículo para el decimosexto aniversario de Ciutadans, me asaltaron mil dudas. ¿Qué no se ha dicho ya de los orígenes de Ciutadans, de su necesaria e imprescindible aparición o de los hitos conseguidos? ¿Qué podía aportar a todo lo ya escrito? Afrontar escribir un artículo siempre me produce cierto vértigo, el vértigo de estar fuera de mi medio, fuera de mi zona de confort. Pero ya había aceptado hacerlo, así que, como en aquel clásico me dije “pues ya lo pensaré mañana” . Lo sé, no es bueno procastinar, pero en este caso lo fue porque en ese mañana sucedió algo que enlaza con el convencimiento de que, sin Ciutadans, no existiría nadie que defendiera nuestros derechos y libertades en Cataluña.

El lunes 4 de julio se celebraba en el Colegio de Abogados de Barcelona una conferencia en la que el ponente era el magistrado del Tribunal Supremo, Manuel Marchena. Sí, el Presidente de la Sala de Tribunal Supremo donde se juzgó y condenó a los separatistas que acometieron un golpe a la democracia el otoño de 2017. Esos que después fueron indultados por Sánchez.

En cualquier otra localidad de España, esta conferencia habría pasado sin pena ni gloria, una más de tantas que se organizan por asociaciones y colegios profesionales. Pero estamos en Cataluña y aquí vivimos en una suerte de, como dijo Tarradellas, “dictadura blanca muy peligrosa, que no fusila, que no mata, pero que traerá un lastre muy fuerte”

Y esa dictadura actúa, camuflada las más de las veces de “libertad de expresión” y lo hizo también ese lunes. Convocados por ANC, Omnium, partidos separatistas y demás estómagos agradecidos del procés, aparecieron unas hordas de 200 CDR que intentaron impedir el acceso a los asistentes cercando la entrada del Colegio, profiriendo insultos a todos los que traspasábamos el control de Mossos [sí, aquí lo “normal” es que para asistir a un acto necesites la protección de las fuerzas de seguridad]. No entraré en detalles de todo lo acontecido, salvo que la conferencia se celebró y que con los CDR, agitándolos y animándoles, se encontraban diputados del Parlamento de Cataluña.

Y ha sido Ciutadans y sólo Ciutadans quien, dos días después hizo visible la gravedad de lo que sufrimos, y lo denunció en el Pleno del Parlamento de Cataluña. Sólo Ciutadans, recriminó el nefasto dispositivo policial que permitió que los CDR se acercarán a los asistentes.

Y una está absolutamente convencida que, si Ciutadans no hubiera nacido en 2006, si aquellos a los que llamaban locos no hubieran puesto las primeras piedras del muro de protección de nuestros derechos y libertades, hoy no los tendríamos.

Una esta absolutamente convencida que, sin Ciutadans, aquel octubre de 2017 los golpistas hubieran conseguido sus objetivos.

Durante años y años, los catalanes, fuimos vendidos al nacionalismo por los diferentes gobiernos, por el PP y por el PSOE. Vendidos porque, mientras pactaban prebendas a cambio de sillones, en Cataluña se aplicaba el rodillo a la población, un rodillo cada vez más pesado, cada vez más fuerte y cada vez más efectivo. Y cuando osabas levantar la voz, esos que pactaban con el nacionalismo, te señalaban. No les interesó nunca cambiar la situación en Cataluña, porque eso suponía agitar el árbol y ya sabemos aquella amenaza de Jordi Pujol que si “siguen agitando las ramas caerá el árbol entero”

Por eso, aunque Ciutadans naciera prioritariamente porque el PSC era cada vez menos constitucionalista y cada vez más nacionalista, aunque naciera en la época de aquel nefasto Tripartito que dio alas al separatismo más radical; Ciutadans nació también por la desaparición del PP de la defensa de la unión, la libertad y la Constitución. No olvidamos por estos lares que fue Aznar quien realizó la mayor cesión de competencias a Cataluña, incluida educación. Como

no olvidamos que fue Mendez Vigo, Ministro de Educación, quien negó el adoctrinamiento en las aulas catalanas y señaló a Ciudadanos en el Congreso como agitadores. No olvidamos tantas y tantas traiciones de ninguno de ellos.

¿Os imagináis que hubieran hecho ante el envite separatista en el 2017, o en los años anteriores, sin la presión, sin el aliento en la nuca de Ciutadans? Exactamente lo que estáis pensando, nada.

Y vienen los unos ahora hablando de “normalidad” en Cataluña después de aplaudir los indultos y de exportar lo peor de la política catalana al resto de España, pervirtiendo las instituciones. Y vienen los otros, con su recién estrenado nacionalista gallego, para volver a hacer lo mismo que han hecho siempre, prebendas a cambio de sillones.

Y nos aparecen otros ahora, que vienen a mesa puesta. Otros que se borraron en el 2017 y que vienen a a practicar su populismo en Cataluña, una Cataluña que les importa nada, porque su objetivo nada tiene que ver con recuperar la democracia en esta tierra. Y aparecen otras blandiendo la rojigualda cuando, hasta hace cuatro días, les producía un sarpullido sólo verla o defendían los postulados separatistas. Valientes cobardes los unos y los otros

Así que, después de 16 años, sólo nos sigue quedando Ciutadans como la gran casa de la libertad, la unión y la igualdad. Sin mochilas, sin complejos, sin gilipolleces que diría Carrizosa. Tenemos ya medio muro levantado para proteger la democracia y el estado de derecho, pero nos quedan todavía muchas piedras que levantar y muchos árboles que agitar. Ciutadans acogió a todo el constitucionalismo en 2017 y lo volverá a hacer y, de eso, también estoy absolutamente convencida.

¡¡FELIZ ANIVERSARIO Y LARGA VIDA A CIUTADANS!!

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