El partido de Santiago Abascal mantiene su exigencia de formar parte del ejecutivo regional que presidiría María Guardiola, pese a las reticencias de los populares. El PSOE de Guillermo Fernández Vara se aferra a su victoria electoral y se presentará a la investidura sin los apoyos necesarios.
El escenario político en Extremadura sigue sin despejarse más de un mes después de las elecciones autonómicas del 28M, que dieron la victoria al PSOE con 28 escaños, seguido del PP, contambién con 28, Vox con 5 y Podemos con 4. Ninguna fuerza política alcanza por sí sola la mayoría absoluta de 34 diputados en la Asamblea regional, por lo que se hace imprescindible un pacto entre al menos dos partidos para formar gobierno.
El candidato socialista y actual presidente en funciones, Guillermo Fernández Vara, ha confirmado este martes que se presentará a la investidura pese a no contar con los apoyos suficientes, ya que no suma con Podemos, que le exige entrar en el gobierno y derogar las leyes de caza y toros. Vara ha asegurado que no renunciará a su victoria electoral y que intentará gobernar en minoría si no hay acuerdo con otras fuerzas.
Por su parte, el PP y Vox han mantenido este martes una reunión para explorar las posibilidades de un pacto que permita desalojar al PSOE del poder tras 36 años. La candidata popular, María Guardiola, ha ofrecido a Vox un acuerdo programático basado en “principios y valores” comunes, pero sin entrar a negociar cargos ni consejerías. Guardiola ha defendido que su partido es el único capaz de liderar el cambio en Extremadura y ha pedido a Vox que no ponga “límites” ni “vetos” al diálogo.
Sin embargo, el candidato de Vox, Ángel Pelayo, ha insistido en que su formación quiere entrar a formar parte del gobierno regional y ha planteado sus reivindicaciones “justísimas, sensatas, razonables y asumibles” para apoyar la investidura de Guardiola. Entre ellas, ha citado la bajada de impuestos, la defensa de la caza y los toros, la eliminación de las subvenciones a los partidos políticos y los sindicatos, la lucha contra la inmigración ilegal y el adoctrinamiento ideológico en las escuelas.
Pelayo ha afirmado que Vox no tiene “ningún tipo de límite” ni “limitación previa” para negociar con el PP y que está dispuesto a escuchar todas las propuestas, pero también ha advertido que no renunciará a sus principios ni se conformará con un papel testimonial. “Vox lo que quiere es sentarse a discutir sin ningún tipo de límites, ni de limitaciones previas, ni de ideas preconcebidas acerca del bien de los extremeños”, ha dicho.
Mientras tanto, el tiempo se agota para desbloquear la investidura, que debe celebrarse antes del 15 de julio, según el Estatuto de Autonomía. Si ningún candidato logra la mayoría absoluta en primera votación o la simple en segunda, se repetirán las elecciones en otoño. Extremadura podría vivir así un escenario inédito de ingobernabilidad y de vuelta a las urnas.