La tensión crece en la zona alta de Barcelona por el conflicto entre los okupas que residen en dos casas propiedad de la Sareb y la empresa de desalojos Desokupa, que ha anunciado su intención de recuperar los inmuebles. Ante el riesgo de enfrentamientos violentos, el colegio de La Salle Bonanova y el pabellón deportivo han tomado medidas de seguridad para proteger a sus alumnos y usuarios.
Según ha podido saber este medio, el centro educativo ha cerrado el acceso desde la calle Sant Joan de la Salle, donde se encuentran las dos casas okupadas, conocidas como La Ruïna y El Kubo. Además, ha suspendido algunas actividades extraescolares y ha evitado el uso de las pistas deportivas más cercanas a los okupas. Por su parte, el polideportivo ha cancelado los entrenamientos del club del colegio y ha mantenido el resto de actividades previstas, aunque con precaución.
Fuentes del polideportivo han confirmado a otros medios de comunicación que los Mossos d’Esquadra les han informado de que pueden abrir con normalidad, pero que estarán en contacto con ellos por si hay algún problema. «Los Mossos nos han dicho que podemos abrir», han asegurado, tras añadir que «lo peor se espera por la tarde». También han explicado que en las protestas de las pasadas semanas, la policía catalana colocó varios furgones frente a los accesos del centro deportivo para evitar incidentes.
El Ayuntamiento de Barcelona, por su parte, ha solicitado al juez que coordine los dos desalojos previstos para evitar «una batalla campal» entre los okupas y Desokupa. Según fuentes municipales, el consistorio ha iniciado dos procedimientos judiciales contra los allanadores, uno de los cuales ya tiene sentencia. Sin embargo, acusan a la Sareb, el banco malo propietario de las casas, de inacción y le piden que vele por sus propiedades.
El conflicto entre los okupas y Desokupa se remonta a hace varios años, cuando un grupo de personas entró en las dos casas abandonadas y las convirtió en su residencia y en un centro social. Desde entonces, han protagonizado varias acciones reivindicativas y han generado malestar entre los vecinos de la zona. Desokupa, una empresa que se dedica a recuperar pisos okupados por encargo de sus dueños, anunció hace unos meses su intención de desalojar a los okupas con o sin orden judicial, lo que ha provocado una escalada de tensión y movilizaciones en ambos bandos.