Los Mossos d’Esquadra han informado en una rueda de prensa sobre el aumento del tráfico de hachís en Cataluña, convirtiéndola en la principal vía de paso para esta droga desde Marruecos hacia el resto de Europa. Desde 2018, han confiscado un total de 40 toneladas de hachís, con un valor estimado de 240 millones de euros.
El inspector de los Mossos d’Esquadra Antoni Salleras, jefe del Área Central de Crimen Organizado, y el inspector Josep Antoni Lopez Garzón, destacaron que, a diferencia de la marihuana, con la que Cataluña se ha convertido en uno de los principales productores, en el caso del hachís, con menos violencia asociada, esta comunidad se limita a ser vía de entrada y de paso.
Según datos policiales, en los primeros nueve meses de este año, los Mossos han iniciado 38 investigaciones por tráfico de hachís, incautando 11,685 kilos de esta droga y deteniendo a 912 personas. Esta tendencia al alza en el último quinquenio se confirma con respecto al año pasado, cuando se intervinieron 7.5 toneladas de hachís y se realizaron 1,076 detenciones.
En 2021 se desarticularon en Cataluña 5 redes dedicadas al tráfico de hachís, cifra que aumentó a diez en 2022 y ya se ha elevado a 15 en lo que va de 2023.
La presión policial en la costa andaluza desde 2018 ha llevado a las redes de tráfico de hachís a utilizar la costa catalana, así como la levantina, para introducir la sustancia y transportarla hacia su destino final, el resto de Europa. El 66% del hachís incautado este año en Cataluña fue interceptado en narcolanchas llegadas directamente desde Marruecos, mientras que el resto fue incautado en carreteras, especialmente en la autopista AP-7, la ruta desde el sur de España hacia otros países europeos.
Según Salleras, aunque no se puede afirmar que Cataluña sea la principal vía de entrada del hachís en España, sí es la principal vía de paso de esta droga por España hacia Europa.
El aumento del tráfico de hachís en Cataluña ha reactivado bandas que estuvieron activas en esta materia entre 2005 y 2007, algunas de las cuales han establecido talleres en la comunidad para ensamblar narcolanchas con una potencia de hasta 1,500 caballos.
Las narcolanchas representan la principal vía de entrada por mar del hachís en Cataluña, aunque también se utilizan otras embarcaciones, como embarcaciones de ocio o veleros, y en menor medida, algunos pesqueros.
A diferencia de la marihuana, el tráfico de hachís no se asocia con tanta violencia entre bandas. En el último año, se ha pasado de 7 asaltos a 14, la mitad de ellos con armas de fuego, en comparación con los 60 asaltos anuales relacionados con la marihuana. No se ha detectado ningún homicidio vinculado a este fenómeno.
Salleras subrayó las diferencias entre la marihuana y el hachís, destacando que mientras Cataluña se ha convertido en un importante productor de marihuana, el hachís simplemente circula por esta comunidad, ya que se produce en Marruecos y se consume en otros países europeos.
No se percibe, por el momento, un riesgo de que Cataluña se convierta en productora de hachís, ya que para ello tendría que desplazar el cultivo de marihuana, que actualmente es más lucrativo y porque el proceso de elaboración del hachís es más complejo.
Para combatir este fenómeno, los Mossos han implementado medidas como el uso de escáneres en las principales carreteras hacia Europa, especialmente en la autopista AP-7, para detectar el hachís transportado en vehículos ‘go fast’, que circulan a alta velocidad con un vehículo de apoyo delante o escondidos entre mercancías lícitas.
Los desembarcos de hachís en la costa se realizan en playas apartadas y sin afluencia, y los narcos navegan desde Marruecos a unos 15 nudos de velocidad para evitar dejar una estela detectable por las aeronaves de vigilancia policial.
Las redes desarticuladas dedicadas al tráfico de hachís en Cataluña están compuestas en su mayoría por ciudadanos españoles, seguidos por personas de origen marroquí y otras nacionalidades en menor proporción.
Una de las investigaciones más recientes de los Mossos en este ámbito fue el “caso Pekín”, en el cual en diciembre pasado se detuvieron a 13 personas e incautaron 5.5 toneladas de hachís después de un desembarco frustrado en el puerto de Mataró, Barcelona.