Somos Impulso para Extremadura

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Cada vez es más patente como muestra tierra, Extremadura, y el conjunto de los extremeños no se nos trata igual que al resto de ciudadanos españoles, somos ciudadanos de segunda. Y el ejemplo está claro, un mismo socavón en una carretera pero en diferentes comunidades: en Galicia se arregla incluso dos semanas antes del plazo de finalización y en Extremadura seguimos esperando después de tres meses ¿Insolvencia o mala fe?

Muchas veces nos dicen a los jóvenes extremeños que somos el futuro de nuestra tierra, pero en ocasiones lo dudo. La situación de la juventud extremeña es preocupante: cifras de desempleo cada vez mayores (ya rondan el 43%), comunidad con los índices más altos de riesgo de pobreza, falta de proyectos paralizados por el extenso trámite burocrático o por la imposición de medidas extremas ecologistas y, en general, la falta de ambición me hacen dudar del futuro, cada vez más incierto que puede tener Extremadura y, en especial el nuestro, el de la juventud extremeña que no se quiere marchar de nuestra tierra pero que nos vemos abocados a irnos en algún momento de nuestras vidas, con gran tristeza. 

Los datos lo reflejan, según el IEEX (Instituto de Estadística de Extremadura) y el INE, respectivamente, en 2035 nuestra región tendrá 44.345 jóvenes menos y siguiendo la tendencia demográfica Extremadura bajará de la franja del millón de habitantes, una situación insostenible si no le damos solución cuanto antes. 

Tenemos unos jóvenes llenos de talento, ilusión, comprometidos con los problemas de nuestra tierra e incluso con los nuevos retos de la sociedad pero esto no se valora y se marchan. Los jóvenes tenemos muchas ganas de aportar a la sociedad y contribuir para mejorarla y, a su vez, de seguir aprendiendo de nuestros mayores, fuentes de gran sabiduría. 

Extremadura, en el presente, ha perdido muchas oportunidades pero tiene una de las últimas oportunidades que le queda, un gran tesoro por explotar, para reinventar la región: su juventud. Busquemos soluciones en presente y no esperemos a darlas cuando ya no las hay: empleo de calidad, vivienda y la natalidad son las principales preocupaciones, pero también hay otras muchas más como la creación de industria que respete el medio ambiente con energías verdes (impulsadas por la UE), impulso de infraestructuras dignas, rebaja de impuestos, facilidades a jóvenes y nuevos emprendedores, mejora de la sanidad (salud mental,…), nuevas formas de participación juvenil, potenciar el talento cultural y deportivo, rebajar la burocracia, valorar las zonas rurales, entre otros.

Nunca ha habido tantos jóvenes más activos, formados, comprometidos, con nuevas formas de ver la sociedad y de dar solución a los nuevos problemas del S.XXI. Somos el futuro más presente, somos el impulso que nuestra región y España necesita. Nuestra responsabilidad:  transformar el presente para poder cambiar el futuro de nuestra tierra.

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