Hay quien lo considera un nuevo cara a cara entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo. Otros lo consideran un acto más de bipartidismo entre los de siempre. PSOE y PP.
Sánchez una vez más se reafirma en lo que él considera “la clase obrera”, es decir, esa a la que no le bajan los impuestos, no reciben ayudas o cada día pagan a tortura a la que el Gobierno les somete. “Nunca nos vamos a olvidar de a quiénes servimos”, se reafirmó el presidente del Ejecutivo. Por otro lado -y como es ya habitual-, Feijóo criticó su política económica, invitándole a retirar y rehacer los Presupuestos Generales del Estado (PGE) tras haber cuestionado a las instituciones como la Autoridad Fiscal por las previsión.
Por otro lado, está la firmeza de Sánchez en que “ningún hogar español se encontrará en falta de energía” durante este invierno, puesto que a su juicio, “no va a haber medidas drásticas ni escenas apocalípticas”, y negó que España vaya a entrar en recesión. También aprovechó para presumir de “equipo” -igual se refirió a todos los asesores que tiene puestos a dedo-, mientras el líder del PP le instaba a “cambiar” el Gobierno y pactar las cuentas con el PP. ¿Parecido a la renovación del CGPJ, RTVE, el Tribunal de Cuentas, el Tribunal Constitucional y el Tribunal Supremo?
Sánchez y Feijóo, tuvieron pues, un cara a cara protagonizado por los reproches y las propuestas de unión a diferencia con el primer cara a cara, en el que ambos mantienen actualmente una negociación para la renovación del Consejo General del Poder Judicial, que a pesar de este ‘juego’ bipartidista, va con buen pie.
En el anterior debate, fue Sánchez el que llamó insolvente a Feijóo, como si el presidente del Ejecutivo estuviera en la oposición, aunque esta vez fue el líder de la oposición en el Senado el que le devolvió la acusación.
Sánchez -como siempre-, sacó los datos para demostrar que el PP “quiere dar lecciones de gestión, aumento de la deuda pública para rescatar al sistema financiero, subir los impuestos y hacer recortes sociales” y llevar a España “al cenit de la crisis nacionalista en Cataluña”.
“Ustedes siempre dicen lo mismo. Llevamos 40 años con esto. Cualquier presidente socialista es un mal patriota porque rompe España“, se queja el presidente del Gobierno. “Pero señor Feijóo, ¿usted prefiere la España de 2017 o la de 2022? ¿La Cataluña de 2017 o de 2022? No den lecciones de españolismo, somos igual de patriotas que ustedes“. Esto último suena más a cuento chino tras el indulto a los golpistas, la noticia del pacto para blindar el catalán o el posible -y previsible- pacto para celebrar otro referéndum ilegal de independencia, pero esta vez con el apoyo de Sánchez. Todo para mantenerse cuatro años más en el poder.
Sin éxito, una vez más Sánchez trató de que Feijóo se mojase sobre las decisiones claves de su Gobierno: la subida del salario mínimo, la revalorización de las pensiones al 8,5%, subir los impuestos a las grandes energéticas, a la banca y a las grandes fortunas. También intentó desacreditar la propuesta de bajada de impuestos del PP de Feijóo con el fiasco de Reino Unido.
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