La vicepresidenta primera del Gobierno en funciones y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, ha dado un giro inesperado en el panorama político al anunciar su candidatura para presidir el Banco Europeo de Inversiones (BEI). Este sorpresivo movimiento, revelado el viernes, ha planteado interrogantes sobre su continuidad en el Ejecutivo de Pedro Sánchez.
En una rueda de prensa en Cádiz, Calviño compartió detalles sobre su decisión: “Dado el nivel de los competidores, el presidente Sánchez y yo llegamos a la conclusión, en conversaciones informales, de que mi candidatura posee las máximas perspectivas de éxito. Consideramos que cualquier otro aspirante habría enfrentado dificultades insalvables”, afirmó.
La maniobra de Calviño parece dirigida a atenuar la sorpresa que suscitó su anuncio. La vicepresidenta ha desempeñado un papel central en la administración de Pedro Sánchez y tuvo un papel fundamental en la campaña electoral del pasado 23 de junio.
Desde el PSOE, incluso se llegó a afirmar que “mientras ellos carecen de candidatos, nosotros contamos con Nadia”. A pesar de su independencia política, se había especulado con su posible relevancia en el gobierno tras la partida de Sánchez.
Calviño reiteró en múltiples ocasiones: “Habría sido poco viable que otro candidato asumiera esta competencia”. Su postura reafirmada sugiere una firme convicción en la viabilidad de su candidatura.
La candidatura de Calviño plantea una disyuntiva, ya que ser presidenta del BEI es incompatible con su papel como vicepresidenta y ministra. Ante esta eventualidad, Calviño explicó que, si su nominación prospera y, en paralelo, Sánchez logra formar un nuevo gobierno, ella permanecería en su cargo hasta que las incompatibilidades se hicieran evidentes.
Esta coyuntura podría extenderse hasta finales de año, dado que la presidencia del BEI asume funciones el 1 de enero. Por lo tanto, en caso de que un nuevo gobierno se establezca en septiembre u octubre, Sánchez debería llevar a cabo un reajuste en diciembre a más tardar.
Calviño considera que su postulación resalta la “buena salud” de las políticas económicas implementadas por el gobierno español y subraya el compromiso del país por fortalecer las instituciones europeas. “Esta candidatura se respalda en los resultados obtenidos gracias a nuestras políticas económicas”, afirmó. Además, resaltó que “los indicadores económicos respaldan nuestra gestión”.
Emergiendo como principal contrincante de Calviño está Margrethe Vestager, vicepresidenta de la Comisión Europea y comisaria de Competencia de Dinamarca. Además, otros nombres prominentes, como Daniele Franco, exministro de Finanzas de Italia durante el mandato de Mario Draghi, también figuran en la contienda.