El español Carlos Alcaraz se ha convertido a sus 19 años en el más joven tenista en alcanzar los octavos de final de Roland Garros desde 2006, tras derrotar al estadounidense Sebastian Korda por 6-4, 6-4 y 6-2 en 2 horas y 6 minutos.
Alcaraz se medirá por un puesto en cuartos de final al ruso Karen Khachanov, que se deshizo del 10 del mundo, el británico Cameron Norrie, 6-2, 7-5, 5-7 y 6-4.
«Es divertido jugar en una pista como esta, con este ambiente, la sesión de noche es divertida, la gente disfruta. Siempre que juego trato de divertirme, me gusta jugar al tenis, animar a una grada como esta», ha asegurado el español.
Alcaraz de deshizo del único tenista que esta temporada había logrado ganarle sobre tierra batida, algo que sucedió en el pasado torneo de Montecarlo.
Pero, entonces, el español llegaba con el título de Miami recién conquistado y sin apenas rodaje sobre esa superficie.
Ahora, sumó su triunfo número 19 en arcilla y el 31 en total en lo que va de temporada, en la que solo ha perdido tres duelos.
Alcaraz sigue firmando marcas de precocidad y frente a Korda, otro joven prometedor, desarrolló un juego más sólido que el que había mostrado en la fase anterior frente a su compatriota Albert Ramos, cuando tuvo que remontar una bola de partido antes de imponerse en cinco sets.
Esta vez jugó en la central de París y en la sesión de noche, con un ambiente muy festivo, con muchos aficionados vestidos con la camiseta del Real Madrid en vísperas de la final de la Liga de Campeones que mañana enfrentará en la capital francesa a ese equipo contra el Liverpool.
El español demostró una enorme fortaleza y apenas dio opciones a un rival que hace dos años alcanzó los octavos, donde se topó con otro español, Rafael Nadal.
Desplegó el juego variado que le ha dado esta temporada sus dos primeros Masters 1.000, los de Miami y Madrid, pero también los torneos de Río y de Barcelona, en una extraordinaria racha que le ha colocado como uno de los favoritos para levantar la Copa de los Mosqueteros.
Por el momento, aparece como el preferido del público, que se abraza a su fuerza y carisma para desanquilosar un deporte que lleva muchos años dominado por los mismos nombres, los de Rafa Nadal y Novak Djokovic, que también lograron el pase a octavos.