La provincia de Girona experimentó una sacudida inusual en la madrugada del pasado domingo, cuando un terremoto de magnitud 4,1 en la escala Richter sorprendió a los residentes a las 22:22 horas. El Servicio de Información Sísmica del Instituto Cartográfico y Geológico de Cataluña confirmó el evento, que tuvo su epicentro en el Golfo de León, a una profundidad de cinco kilómetros y a coordenadas 41.84º de latitud norte y 3.98º de longitud este.
En una nota tranquilizadora, no se reportaron daños ni materiales ni personales como consecuencia del temblor. Sin embargo, se activó la prealerta del plan de emergencias sísmicas de Sismicat como medida de precaución. Protección Civil también se involucró en la situación, ya que se recibieron tres llamadas telefónicas de vecinos alertando sobre el fenómeno durante la noche.
Los terremotos continúan siendo un fenómeno natural que genera preocupación en distintas partes del mundo. En Bogotá, Colombia, hace pocos días, un sismo de magnitud 6,1 causó daños materiales y una trágica pérdida humana. Una mujer perdió la vida al saltar del séptimo piso de un edificio debido al pánico generado por el evento.
En el territorio español, específicamente en Alicante, se registró un terremoto de magnitud 2,1 el pasado mes de julio. Este evento se suma a los cinco sismos ya registrados en esta región en lo que va del año. Alicante ha sido testigo de 27 terremotos significativos en su historia, con registros que se remontan al año 1048.
Mientras tanto, en la región fronteriza entre Colombia y Panamá, un terremoto de magnitud 6,6 ocurrido en mayo causó preocupación debido a su alta intensidad, aunque afortunadamente no resultó en víctimas mortales.
