Con el 96,14 por ciento de los votos escrutados, Javier Milei alcanzó un 30,11%, superando a la coalición opositora Juntos por el Cambio (JxC), que obtuvo un 28,27%, y al peronismo reunido bajo la marca Unión por la Patria, que logró un 27,20%.
El líder de la ultraderecha libertaria, en su discurso de victoria, expresó: “Estamos presenciando el fin del modelo de la casta, aquel sistema que postula que donde hay una necesidad existe un derecho, pero olvida que alguien debe costear ese derecho”. Milei, quien ganó en 16 de los 24 distritos del país, capturó el enojo generalizado de la población con el sistema político.
Los resultados de estas primarias representan un cambio notorio hacia corrientes políticas que no habían predominado en la era democrática desde 1983 en Argentina. La población canalizó su descontento a través de múltiples vías: castigando al gobierno, respaldando a la figura emergente de Milei y advirtiendo a la coalición opositora Juntos por el Cambio (JxC) que su camino hacia la Casa Rosada no es garantía.
Mauricio Macri, ex presidente y líder de JxC, comentó con seriedad en una entrevista: “La sorpresa radica en el crecimiento de Milei, evidenciando la frustración existente en la política. Advertí esta situación hace tiempo”.
La sorprendente victoria de Milei superó todas las expectativas. Con fuertes vínculos con el líder de Vox, Santiago Abascal, Milei recibió el respaldo previo a las elecciones tanto del ex presidente brasileño Jair Bolsonaro como del político chileno de derecha, José Antonio Kast, entre otros.
La politóloga Ana Iparraguirre destacó: “Uno de los aspectos que la gente valora más en Milei es su franqueza. En un contexto en el cual la política es la institución con menor nivel de credibilidad, este rasgo juega a su favor”.
Las posturas de Milei incluyen la propuesta de dolarizar la economía argentina, desmantelar el Banco Central y oponerse al aborto y a la educación pública obligatoria. Argumenta que la “casta” política ha estafado a los argentinos durante décadas y que es hora de reemplazar a sus representantes.
Los logros de Milei, un recién llegado a la política, son asombrosos, aunque en el sistema electoral argentino constituyen solo el primer paso. Las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) funcionan como un filtro, excluyendo a los partidos que no alcancen al menos el 1,5 por ciento de los votos y determinando los candidatos presidenciales dentro de los partidos o coaliciones.
En el caso de la principal coalición de oposición, JxC, Patricia Bullrich se alza como la candidata presidencial al derrotar al alcalde de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, quien partía como favorito. Bullrich, ex ministra de Seguridad de Macri y líder del ala dura de la coalición, expresó: “Horacio ya me felicitó, estoy muy contenta”.
El peronismo, por su parte, confirmó al actual ministro de Economía, Sergio Massa, como su candidato, tras ganar con claridad las elecciones internas sobre el líder piquetero Juan Grabois. Sin embargo, obtener solo un cuarto del respaldo electoral marca el peor resultado en la historia del peronismo, que ha dominado la política argentina desde 1945.
La intensidad de la derrota peronista se hizo evidente con la pérdida de la gobernación de Santa Cruz, provincia que dio origen al kirchnerismo hace más de tres décadas y que ha influenciado la política nacional durante las últimas dos décadas.
Con una inflación anual de alrededor del 130 por ciento y una tasa de pobreza cercana al 42 por ciento, la tercera economía de América Latina enfrenta 12 años de estancamiento, con un PIB per cápita que se encuentra en el mismo nivel que en 1974.
A pesar de que la participación en las PASO no alcanzó el 70 por ciento del electorado en un país con voto obligatorio, la historia demuestra que este porcentaje aumenta entre siete y 15 puntos para las elecciones presidenciales. Esto abre un abanico de posibilidades para una carrera presidencial que está lejos de estar definida.
Las elecciones presidenciales en Argentina se llevarán a cabo en dos vueltas, la primera programada para el 22 de octubre y la posibilidad de una segunda vuelta entre los dos principales candidatos el 19 de noviembre. Mientras tanto, el país continúa lidiando con desafíos económicos y sociales apremiantes, que han influido significativamente en el panorama político actual.