Un edificio de cuatro plantas situado en el centro de la ciudad se ha derrumbado esta tarde, causando una gran conmoción entre los vecinos y transeúntes. Afortunadamente, no hay que lamentar víctimas mortales ni heridos graves, ya que el inmueble había sido desalojado minutos antes por los bomberos, que habían detectado grietas y fisuras en la estructura.
Según ha informado el Ayuntamiento de Teruel, el edificio, construido en los años 60, presentaba un avanzado estado de deterioro y había sido declarado en ruina hace dos años. Sin embargo, algunos propietarios se habían negado a abandonar sus viviendas y habían recurrido la orden municipal ante los tribunales. El caso estaba pendiente de resolución cuando se ha producido el desplome.
Los hechos han ocurrido sobre las 18:00 horas, cuando varios vecinos han alertado al 112 de que el edificio crujía y se movía. De inmediato, se han desplazado al lugar efectivos de la Policía Local, la Guardia Civil y los bomberos, que han procedido a evacuar a las 12 personas que aún residían en el inmueble. Algunas de ellas han ofrecido resistencia y han tenido que ser sacadas a la fuerza.
Apenas diez minutos después de la evacuación, el edificio se ha venido abajo, provocando una gran nube de polvo y escombros que ha cubierto la calle. Los bomberos han acordonado la zona y han iniciado las labores de desescombro, mientras que los servicios sanitarios han atendido a los afectados por el shock y las inhalaciones. Ninguno de ellos ha requerido traslado hospitalario.
El alcalde de Teruel, José María Martínez, se ha personado en el lugar del suceso y ha expresado su alivio por el hecho de que no haya habido desgracias personales. Asimismo, ha anunciado que el Ayuntamiento se hará cargo del realojo de los vecinos afectados y que abrirá una investigación para determinar las causas del derrumbe y las posibles responsabilidades.
Martínez ha aprovechado para hacer un llamamiento a la colaboración ciudadana y ha pedido a los propietarios de edificios antiguos que revisen el estado de sus viviendas y que cumplan con las normas de seguridad y conservación. “No podemos jugar con la vida de las personas ni con el patrimonio histórico de nuestra ciudad”, ha declarado.