A nadie le pasa desapercibido la situación paupérrima del partido Ciudadanos, mi partido. Llevo meses sin escribir aquí, concretamente desde el 8 de marzo, por haber sido el candidato a la alcaldía de Colmenar Viejo. Los resultados han sido catastróficos en mi municipio y en el resto de España, salvo algún municipio pequeño. Pero hoy voy a contar lo que antes no me atrevía a decir por miedo a haber sido “depurado”, y voy a añadir lo vivido durante esta campaña electoral del 28M porque para mí ha sido relevante, asqueroso e indigno. No voy a continuar con la boca cerrada por que las direcciones del partido nos lo han quitado todo, hasta el miedo.
Muchos nos preguntamos por qué las acciones de muchos cargos públicos de Cs y de la dirección del partido llevan 6 años haciendo exactamente lo que más le conviene al Partido Popular. Como en el caso del CDS es cuestión de tiempo que se destape la verdad, pero entonces ya será tarde y a nadie le interesará. Analizaremos punto por punto las acciones.
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El PP ejecuta su plan. Cs ha caído en la trampa.
Tras el ataque del PSOE, faltaba el ataque del PP, y en marzo de 2021 Ayuso era la encargada de ejecutar ese ataque. La presidenta madrileña convocaba elecciones acusando a Cs de estar tramando una moción de censura en Madrid y en Castilla y León. Nunca apareció ninguna documentación al respecto. Solo dos personas de Cs afirmaron que esa moción de censura existía. Las dos dejaron Cs, se afiliaron al PP y en la legislatura siguiente fueron diputados por el partido de Ayuso.
Las elecciones madrileñas. Un Cs cándido y rendido al PP.
La presidenta madrileña fue multada por la Junta Electoral tras realizar un acto en contra del artículo 53 de Ley Orgánica 5/1985, de 19 de junio, del Régimen Electoral General, al solicitar el voto expresamente durante el periodo de prohibición antes de que empezase la campaña electoral. Esta multa tuvo que ser ratificada por el Tribunal Supremo, el cual sumó la condena en costas.
El Partido Popular acusaba también a Ciudadanos de volverse “Sanchista”. Esta era la estrategia polarizadora del PP para arrancar los votos de todos aquellos electores que, al menos, se sentían un poco de derechas. Exáctamente lo mismo que hizo Sánchez con los votos de los electores de los que se sentían de izquierdas. La polarización ya estaba en marcha por parte de las dos viejas trincheras ideológicas. Ayuso planteó estas elecciones con el lema de “Socialismo o libertad”, mientras que los partidos de izquierdas lo planteaban como “fascismo o democracia”.
Edmundo Bal fue el candidato por Cs tras asumir que Ignacio Aguado había sido “quemado” por Isabel Díaz Ayuso. Edmundo se puso manos a la obra intentando hacer la mejor campaña posible contra unas encuestas que nos daban poco o nada. El problema vino cuando el candidato naranja tuvo que contestar a la pregunta sobre los pactos. El abogado del estado respondió según las instrucciones dadas por el partido. Y por estas instrucciones acabó diciendo que volvería a pactar con el PP y con Ayuso. Este fue el mayor problema. ¿Para qué vas a votar a Cs si va a apoyar al PP si o si? para eso ya votas al PP directamente. Y así pensó la mayoría del electorado.
Ciudadanos obtuvo menos del 4% y se quedó fuera de la Asamblea de Madrid.
Castilla y León. Las mentiras de Mañueco al descubierto.
En Castilla y León la moción de censura presentada por el PSOE si llegó antes que la convocatoria de elecciones por parte del presidente. Por eso si llegó a votar. Francisco Igea declaró que el Partido Socialista les ofreció “de todo” para que votasen SI a esta moción de censura. Aún así los procuradores de Cs votaron que NO y fueron fieles al pacto que firmaron, aunque el PP ya lo había roto en Murcia y en Madrid, y lo hubiese roto si la moción de censura del PSOE no hubiese llegado tan pronto. El PP quedó retratado en esta moción.
Aún así solo tuvieron que esperar a que la gente se olvidase un poco de lo sucedido. La desmemoria es el gran aliado tanto del PP como del PSOE. El 20 de diciembre del mismo año, Mañueco convocó elecciones con exactamente el mismo argumento. Francisco Igea se enteró de su cese como vicepresidente de la Junta de Castilla y León por whatsapp, de la manera más ruin posible. El dato de haber votado NO a la moción de censura mataba el relato del PP de que Cs estuviese negociando con el PSOE, pero el relato que inició Ayuso de “comunismo o libertad” seguía y sigue pegando con fuerza. La polarización seguía en marcha.
Francisco Igea volvió a ser el candidato, y tuvo que contestar a la misma pregunta a la que tuvo que contestar su compañero Edmundo Bal. También tenía las mismas instrucciones del partido que debía seguir. En este caso Paco Igea dijo que pactaría con el PP pero NO con Mañueco debido a las mentiras que el presidente estaba vertiendo sobre el honor de exvicepresidente. Paco Igea consiguió salvar los muebles en estas elecciones consiguiendo representación, aunque solo fuese con un procurador por la provincia de Valladolid.
Murcia, la prueba de que la corrupción no pasa factura en España.
En esta región se traspasaron todas las líneas rojas imaginables. Rompieron el pacto con su socio de gobierno al no cumplir con el acuerdo en el punto segundo TRANSPARENCIA, DESPOLITIZACIÓN, EFICIENCIA ADMINISTRATIVA Y LUCHA CONTRA LA CORRUPCIÓN (Acuerdo PP-CS Murcia 2019). Robaron vacunas a los más vulnerables en el peor momento. Negaron la transparencia a los murcianos y sus representantes al esconder la lista de vacunados. Compraron tránsfugas de 2 formaciones políticas y les pagaron por sus servicios corruptos con sueldazos dentro del gobierno. En concreto fue Isabel Franco, que ganó las primarias en Murcia gracias al apoyo de Fran Hervías. Teníamos al enemigo dentro y fue Hervías quien permitió que así fuese, y lo hizo deliberadamente.
El Partido Popular se libró de la moción de censura de la manera más ruin posible. Comprando tránsfugas con el dinero de los murcianos. Les ofreció sueldazo, coche oficial y chofer. En ningún momento pensaron en los murcianos. Solo pensaron en qué les sucedería judicialmente si sus adversarios políticos ganaban esa moción de censura. Y por eso mismo dejaron consejerías y la gobernabilidad en manos de tránsfugas corruptos.
Ana Martínez Vidal tuvo que mantener el tipo y sufrir la vergüenza de haber sido derrotada con gente de sus propias filas. Sinceramente no tengo nada negativo que decir, al contrario, mucho y positivo. Ana, eres una mujer valiente que se ha enfrentado a un gobierno corrupto. Ana Martínez Vidal dejó la política declarando que rechazaría cualquier cargo o puesto de cualquier partido político por que estos últimos 4 años han sido muy duros. Toda la suerte del mundo Ana, te la mereces.
Cataluña. Derrota en casa. El catalán no independentista pierde la confianza en Ciudadanos.
Sacar 1.109.000 votos en 2017 y bajar hasta 157.903 votos en 2021 es como mínimo una debacle electoral. Las mentiras sobre la no investidura de Inés Arrimadas y sobre su marcha a Madrid, hicieron que el PSC aglutinase gran parte del voto que consiguió Cs 4 años antes. El votante que nos votó en 2017 sintió que ni aún ganando las elecciones Cs iba a ayudarles en esta resistencia al nazionalismo.
El debate de la NO investidura.
La realidad de 2017 es que, aunque los votos no nacionalistas eran mayoría, el reparto de escaños favoreció a los nacionalistas. La suma de escaños sumaba pero solo para las fuerzas catalanas que abogan por la independencia. La otra realidad es que primero se elige al presidente del parlament, como en cualquier inicio de legislatura en cualquier cámara, y después es el presidente del Parlament quien elige al candidato que se presenta a la investidura. Tal y como está el reglamento en el Parlament de Cataluña, se podría dar el caso de que un candidato con los apoyos para ser investido, fuese vetado por el presidente de la cámara, no llegase a presentarse nunca a una investidura, y se tuviesen que repetir las elecciones pese a haber una suma de diputados mayoritaria para gobernar con estabilidad.
Este argumento fue exprimido por el PSC y su candidato, Salvador Illa, hasta la saciedad. Qué casualidad que ahora Salvador Illa fuese el quien ganase la elecciones y no se presentase a la investidura. Y qué casualidad que fuese este mismo líder que se presentaba para luchar contra el independentismo que tiempo después pactase con ERC para gobernar Cataluña. El problema que tenemos siempre en Cs, es que somos lánguidos y blanditos como una nube a la hora de decir este tipo de cosas. Y esa languidez nos hace parecer tolerantes con lo que es completamente intolerable.
Andalucía, allí también nos comieron la torrija.
He de reconocer que cuando vi a Juan Marín en el congreso del PP, un escalofrío me recorrió toda la espalda. Nuestro candidato a la presidencia de Andalucía ya estaba vendido. No tengo ni pajolera idea de por qué nuestra anterior presidenta tragó con esto y apoyó a J.Marín para ser el candidato a la presidencia de Andalucía. El caso es que no solo tragó, sino que también lo apoyó como oficialista.
Muchos ya decían que Marín, tarde o temprano acabaría en el PP antes de la campaña electoral. La campaña fue la típica campaña ilusionante que llevamos haciendo mucho tiempo. La única nota discordante fue Macarena Olona, la alicantina recién empadronada en un municipio andaluz para la ocasión. Juan Marín si supo dar cuenta de ella con el torrijazo. Pero seguimos cometiendo el mismo error que en las anteriores campañas. Marín dijo bien claro que había que votarle para que volviésemos a gobernar con el PP.
Y la gente votó para que volviese a gobernar el PP, pero sin Cs. Al cabo de no muchos días pasó lo que todos sabíamos que iba a pasar tarde o temprano. Juan Marín aceptó un puesto de confianza en la Junta de Andalucía para seguir trabajando con Moreno Bonilla. La diferencia entre el gobierno de PP+Cs y un gobierno solo del PP, es que el gobierno de Andalucía ahora es el típico gobierno del Partido Popular, con sus chiringuitos, sus enchufados, sus recortes en sanidad, recortes en educación, recortes en servicios sociales y su dejadez de siempre.
Continuará….
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